Capítulo 45

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-Tal vez deberías tomar tus cosas e irte.

Negué. No pensaba escapar, aunque la idea de estar escondiéndome todo el tiempo me abrumaba.

-No voy a irme a ninguna parte, Austin.

-Es peligroso, Am -repitió por milésima vez.

Le di un sorbo a mi café y me encogí de hombros. Me importaba, por supuesto, ya estaba bien informada de lo que le hacían a los hijos de muggles, y yo no tenía por donde salir libre. No tenía ningún familiar cercano mágico que acredite que mi magia es innata, y además era parte de la Orden. Si me encontraban iba a ser mi fin. 

-Ahora mismo podrían estar por aquí -Austin miró a su alrededor, estaba paranoico. 

-Lo sé -le di la razón - pero, ¿qué quieres que haga?

-Irte a Noruega, ¿no tienes una casa ahí?

No dije nada. Mi mirada de incomodidad por su comentario se hizo presente. Él tenía razón, había una casa a mi nombre en Noruega, pero ir a vivir allá iba a ser un recordatorio de todo lo que pudo ser, y no fue. 

-Lo lamento... -murmuró -sé que ibas a ir vivir allá con tu hijo, pero...

-Da lo mismo, Austin -lo interrumpí -Ya no quiero hablar del tema.

Y era cierto. ¿Qué necesidad tenían las personas de hablar de mi hijo? ¿Por qué piensan que recordarme su pérdida constantemente era bueno para mí? Las personas estaban muy mal enfocadas en como ayudarme a salir adelante, es por eso que había tomado la decisión de alejarme de todos. Pero ahora estaba de vuelta y tenía que soportar ese tipo de comentarios de todas las personas que conozco.

Era agotador, pero lo peor fue volver a reencontrarme con los Weasley. Las primeras semanas fueron horribles, tuve que fingir una sonrisa y escuchar palabras de consuelo por parte de Molly, y miradas de pena del resto de la familia. 

-¿Sabes de qué quiero hablar? -le di una sonrisa coqueta -de Ashton.

Austin se sonrojó de inmediato, me dio gusto verlo así. Sabía que las cosas entre ellos dos habían mejorado, aunque de una manera lenta, pero supongo que así es mejor.

-¿Cómo van? -pregunté. 

-Pues...-ladeó la cabeza mientras sonreía -vamos.

-Quiero saber más información, Austin -le exigí. 

-¿Qué? ¿Quieres saber cada cuánto tenemos sexo?

Solté una carcajada y negué.

-Él... se está esforzando. Creo que sabe que la ha cagado por largos años y que yo, obviamente, no voy a caer tan fácil a sus pies. Soy un hombre difícil.

-Sí, claro -puse los ojos en blanco. 

-¡Oye!

-Bueno, debo admitir que te has vuelto un poco más difícil con el paso del tiempo -confesé -pero tampoco exageremos.

-Es que Ashton... ya sabes, es como ver un chocolate. Cada vez que lo veo me dan ganas de comérmelo, sin culpa, sin remordimiento, solo disfruto su sabor y todas las consecuencias que conlleva comerlo.

Vaya, metáforas sexuales, ya extrañaba a Austin. 

-Pero estamos bien. No tenemos nada serio aún, pero ya sabes, de a poco vamos recuperando la confianza. Y bueno, él también está pasando un proceso donde se está aceptando a si mismo.

-Me alegro mucho por ambos -le sonreí. 

-Lo sé -me devolvió la sonrisa. -¿y qué hay de ti?

Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora