Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADA

Capítulo 61

Charlie Weasley

No podía dejar de llorar. Antes me hubiera parecido patético, es que no era un hombre que llorara, pero después de la muerte de Dragoncito eso se hizo muy común en mí. Estaba desesperado, no podía salir de mi casa porque mi cabeza me lo impedía, es que no podía parar de pensar en Am, en que debía buscar una solución para encontrarla. Pero también sabía que debía ir a Hogwarts a pelear.

Me quedé mirándome a través del reflejo de la ventana y pasé la manga de mi chaqueta por mis ojos, secándome las lágrimas. Inhalé y exhalé profundamente, intentando calmarme. Debía de hacerlo para poder ayudar a mi familia, aunque con mi falta de sueño, sentía que me iba quedar dormido en media batalla.

Me cercioré de tener mi varita y quise caminar hacia la puerta, pero mis pies no se movieron. Quedaron inmóviles, incapaces de dar pasos por más que yo se los estaba exigiendo.

Necesitaba una motivación... ¿Acaso ayudar a mi familia no lo era? Sí, tal vez, pero Am estaba tan metida dentro de mí, que al parecer hacía que no pudiera avanzar sin ella.

Pero encontré la motivación, Montgomery. Él debía ir a pelear como mortífago, por lo que debía de estar en el castillo. Lo encontraría y lo obligaría a hablar, aunque tenga que torturarlo para que abra la boca. Y cuando lo hiciera, lo mataría sin ni un poco de cargo de consciencia. 

Y como motivación suficiente, llegué al castillo en poco tiempo. La batalla ya había comenzado hace horas, recorrí Hogwarts esquivando hechizos y lanzando algunos. Buscaba a mis familiares y amigos. Me sentiría tranquilo si viera a alguno de ellos, pero no encontré a nadie. Me tranquilicé yo mismo diciéndome que ellos estaban bien, que debían estar luchando como los demás. Y me concentré en buscar a Montgomery.

Pero no aparecía por ninguna parte, así que me tocó pelear y enfocarme en la batalla, hasta que mis ojos los pudiera ver.

-Percy -llamé la atención de mi hermano, hace tiempo que no lo veía -¿Tú...?

-Sí -dijo, y me dio una sonrisa algo tímida.

Me dio un corto abrazo y seguimos batallando. Los hechizos pasaban por el lado de mi cabeza, viendo la muerte demasiado cerca. Estaba ocupando toda mi fuerza de voluntad para concentrarme, para no pensar en Am, porque si me distraía un segundo, seguramente pasaría a la otra vida.

-Hasta que llegaste, Charlie -la voz de Fred la sentí cerca, miré rápidamente a mi lado y ahí estaba.

-Pensamos que te ibas a quedar en casa, tomando una siesta -agregó George, que estaba al lado de su gemelo. 

-Supuse que necesitaban ayuda. Son bastante inútiles, a decir verdad -dije en un tono serio.

-No más que Percy -dijo Fred, haciendo que los cuatro riéramos al mismo tiempo, hasta el aludido.

Sentí la mano de Percy en mi hombro y me giré, mirándolo extrañado por el gesto.

-Me comentaron lo que pasó con tu... con tu hijo.

Una avalancha de tristeza me recorrió, e inevitablemente mis ojos se humedecieron. Contuve todas las ganas de llorar, tensando mi rostro.

-Lo lamento mucho -murmuró.

Yo asentí, no podía decir palabra sin que me saliera una lágrima o soltara algún quejido de dolor. Entre la tensión de mi cuerpo y la tristeza de los recuerdos, me giré aún más decidido a seguir peleando. Le di en el pecho a un mortífago y salí corriendo del lugar.