Charlie Weasley
Caminé hacia afuera de La Madriguera y me senté bajo un árbol. El piso aún conservaba la humedad del invierno, pero los escasos rayos de sol lo recompensaban. Apoyé mi cabeza en el tronco y cerré los ojos.
Estaba cansado, pero eso no era nuevo en mí. No sabía cómo iba a volver a Rumania a trabajar, el ritmo de vida de un cuidador era pesado, lo que antes daba lo mismo porque estaba acostumbrado, pero claro, con el tiempo perdí el hábito, además de sentir en mis hombros un peso extraño.
Supuse que era el peso de la vida.
No quería volver a Rumania, pero sentía que debía. Se sentía la tensión en el ambiente en cada parte que pisabas, y todo indicaba que algo malo iba a pasar. Debía concretar la misión que me había asignado Dumbledore, reclutar a personas para cuando se las necesitara.
Todo indicaba que no quedaba mucho para eso.
Claro, había hecho parte del trabajo antes de dejar Rumania. La idea era ir esporádicamente, pero no pude volver.
Me iba a costar ver ese lugar cuando siempre pensé que sería distinta mi vuelta allá. Y ya había pasado un tiempo, sería tan raro... Bueno, como todo.
Todo era sumamente extraño. Mi cabeza estaba vuelta un lío y no se podía ordenar por más que lo intentara.
Me quedé un rato ahí, sumido en mis pensamientos, intentando encontrar un orden, una lógica, pero la verdad no lo había. Así que cuando el sol empezó a desaparecer, me levanté y entré nuevamente a La Madriguera.
-¿Tienes todo listo? -preguntó mamá apenas entré.
-Sí -respondí.
Mi mirada se fue al sillón. Estaba Sirius, Tonks y Remus. Ya no me sorprendía ver a Sirius, se dio cuenta de que aunque no fuera un prófugo igual si lo pillaban lo iban a matar, así que empezó a salir aunque tomando sus precauciones.
Que no me sorprendiera no significaba que me agradaba. Todavía estaba resentido, aunque sabía que no tenía mucho derecho, así me sentía. Además de sus miradas extrañas, como si me estuviera reclamando algo. No las soportaba.
Pero decidí no armar pelea hace rato. La verdad, yo solamente caminaba por la casa en silencio. Tipo fantasma sin vida social.
Bill y Fleur, que estaban ayudando con la cena, llevaron los platos a la mesa.
Sentí la mano de Bill en mi espalda como si me estuviera dando ánimos. ¿Tanto se me notaba mi rostro de disgusto?
-Recuerda que si quieres volver solo tienes que decirme -dijo, sonriéndome con afabilidad.
Yo asentí desganado y me fui a sentar en uno de los sillones disponibles mientras la cena se servía.
-Espero que Chris tenga noticias sobre Am -le murmuró Tonks a Remus, en un tono bajo para que yo no escuchara, pero como estamos hablando de Tonks, por supuesto que escuché.
-Seguramente le respondió las cartas -dijo Remus.
-No creo. Am cuando se desaparece lo hace de todos. Pero ya lleva más de dos meses, supongo que ya se dará cuenta que necesitamos noticias de ella.
Sentí el peso de la mirada de alguien. Alguien que conocía demasiado bien, porque sus ojos pasaban encima de mí últimamente. Sirius me miraba con recelo, mientras sostenía su vaso de whisky.
-Es que no puedo creerlo -se quejó Tonks -se supone que sería la madrina del bebé. No puede ser la madrina del bebé si no está.
Remus la trató de tranquilizar, pero no sabía si lo iba a lograr. Es que Tonks estaba a punto de explotar, faltaba un mes para que naciera su hijo.
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Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADA
FanfictionLA NOVELA PUEDE TENER CONTENIDOS DE VIOLENCIA. -¡Yo estaba dispuesto a quedarme por ti! - gritó - ¡solo te pedí una cosa, Amber! Me quedé en silencio aguantando las lágrimas. -Solo tenías que pedir que me quedara - murmuró mientras tomaba mi rostro...