Con las estrellas de testigo

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*Contexto: después del primer epílogo (reencuentro después de casi dos años)*

Amber Dixon

-Todo sigue igual... -murmuré.

-Sí, creo que ni siquiera ropa nueva hay -soltó Charlie en una carcajada -Me acostumbré a que mamá se encargara de la ropa.

-Ay, Charlie, tienes un pueblo que literalmente venden de todo. No cuesta tanto.

-Prefiero que me regalen, es más fácil.

Me apoyé en él y lo quedé observando. Charlie subió su mano de mi espalda a mi cabello, acariciándolo. Su mano en mí era delicada, lo que era sorprendente si lo veía por el lado de que prácticamente todo el día estaba con dragones, pero él podía adaptarse con facilidad, o tal vez solo era su mano que reconocía mi piel.

-Yo podría estar así toda mi vida... -murmuró en un tono lento, muy lento.

Solté una pequeña risa y me paré de la cama rápidamente. Ya habíamos estado por largos minutos así.

-Vamos, quiero verte en el ensayo. Me dijeron que será genial.

-Sí..., aunque te debo advertir que estaré encima de un dragón a una altura considerable. Solo para que no te asustes ni entres en pánico -me dijo, también parándose de la cama, pero con más lentitud.

-Deberías ocupar un cinturón de seguridad para afirmarte al dragón. Imagina si te bota, Charlie.

-¿Botarme? Am, domo dragones, ellos no me doman a mí, nada me pasará -me recordó, con un toque de altivez. Yo solo sonreí con resignación y negué con la cabeza. No había caso con Charlie, jamás lo haría entender lo peligroso que podían llegar a ser los dragones, porque él los conocía más que yo y porque no sentía miedo al peligro, todo lo contario, le gustaba estar cerca de este -Y solo debo dirigirlos, podrías acompañarme.

-Estás demente si piensas que yo estaré encima de un dragón a no sé cuántos metros de altura, Charlie.

-Lo supuse -soltó en un suspiro -creo que aún es muy pronto para eso, ¿no?

-Jamás pasará.

Charlie guiñó el ojo.

-Sé que sí -susurró.

Yo, por algún motivo me sonrojé, así que le tiré su camiseta, lo que fue inútil para mis mejillas, porque él la agarró de una manera poderosa, provocando que enrojeciera cada vez más.

Charlie y yo salimos de la cabaña, casi dos semanas llevaba ahí, pero no lo había visto entrenar. Es que él había estado un poco distraído del trabajo con mi llegada, me había dedicado tiempo, se estaba preocupando de que me sintiera cómoda en el ambiente. Después de todo, ese sería mi hogar por el resto de mis días. La diferencia es que en un tiempo ya no dormiríamos en la cabaña, dormiríamos a metros de un mirador donde se podía observar gran parte de Rumania. Estaríamos en la casa que Charlie construiría para nosotros.

No podía parar de sonreír cuando hablaba sobre eso.

Mi nerviosismo se hizo presente de inmediato cuando vi a los dragones. Debía acostumbrarme, desde el mirador se ven, aunque de lejos, en cambio ahora los tenía frente a frente.

Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora