Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADA

Capítulo 46

¿Cómo era posible que me afectara tanto? 

Me controlé lo más que pude delante de Tonks, ya estaba demasiado mal para que se pusiera peor por mi reacción. Debía ser una buena amiga y apoyarla. Y eso hice, estuve con ella toda la tarde, consolándola y diciéndole que Remus solo tenía miedo, que iba a volver pronto...

No estaba tan segura de mis palabras realmente.

Me iba a quedar a dormir en su casa, pero no podía seguir aguantando. Sentía que el aire se me hacía escaso, la presión en mi pecho se acentuó y los recuerdos de aquella tarde donde perdí a mi hijo volvieron a invadir mi mente.

No lo había olvidado, no era algo que había encerrado en una caja bajo siete llaves. La pérdida de mi hijo era algo que tenía muy presente, pero intentaba mantenerlo aislado en mi mente, porque si dejaba que invadiera cada uno de mis sentidos, sinceramente, yo ya no estaría viva.

-Señorita Amber, ¿se encuentra bien?

La voz de Walter me exaltó. Estaba tan sumidas en mis pensamientos que ni cuenta me había dado de su presencia. 

No estaba bien, eso era evidente. Estaba alterada, habían un montón de sentimientos dados por los recuerdos dentro de mí, que era incapaz de poder controlarlos. No me gustaba no sentir el control de mí misma.

Asentí rápidamente.

-Un...-Walter se aclaró la garganta -un joven la busca. 

-No puedo atender a nadie ahora -respondí de inmediato.

No estaba en condiciones. 

-Insiste en pasar.

-No. No dejen pasar a nadie, no quiero ver a nadie -repetí, intentando controlar los temblores de mis manos.

-Intentaré echarlo, pero es bastante...

La puerta se abrió abruptamente haciendo que Walter y yo miráramos, era Charlie. 

Por Merlín, lo único que me faltaba ahora. 

-Insistente -completó Walter, negando con la cabeza reiteradas veces. 

-Ves que sí estaba -dice Charlie mirando a Walter.

Walter se acercó rápidamente a Charlie con la intención de sacarlo. Quería que se fuera, pero conocía demasiado bien al pelirrojo para saber que estaría haciendo un escándalo media hora antes de poder sacarlo. Y no estaba en condiciones de soportar ese tipo de escándalo. 

-¿Por qué no vas a buscar a los perros para que te ayuden a sacarme? -le dijo Charlie con voz irónica.

¿Qué? En esta casa no tenemos perros.

-Déjalo, Walter -le pedí -puede pasar unos minutos.

Apretaba mis puños, enterrando mis uñas en las palmas de mis manos para controlarme un poco. Necesitaba sacar a Charlie lo antes posible de esta casa.

Walter se fue dejándonos a solas. 

-Charlie, no es un buen momento -intenté hacerlo entrar en razón -así que si no me tienes que decir algo urgente es mejor que te vayas. 

-¿Estás bien? -preguntó mientras daba unos pasos hacia mí. 

-Sí -respondí rápidamente -es solo que no es buen momento.

Intenté no mirarlo, pero Charlie insistía en conectar nuestros ojos. 

-¿Qué quieres? Habla rápido.

-Yo... -Charlie seguía mirándome extrañado. 

-¿Tú? 

Por Merlín, ¿no sabe qué es hablar rápido?