Capítulo veintidós: "Guille"

98 10 1
                                    

Quizás creas que sí, pero yo no te olvido.
Un par de meses después...

Febrero.

Aún me despierto con la esperanza de recibir un mensaje con su nombre, una llamada perdida o una notificación de Instagram. No sé nada de ella, pero ella tampoco sabe nada sobre mí. Han sido unos meses terribles que creo que no voy a olvidarlos jamás.

El mismo piso. Los mismos muebles. Los mismos vasos y platos. Incluso las mismas sábanas. Todo me recuerda a ella. Y es que no he vuelto a tener nada con nadie desde que pasó aquello con Valentina. No volví a hablar con ella desde tuvimos aquella conversación sobre Málaga en una videollamada. El último "Te quiero" a medias que pude decirle.

– ¿Te apetece hacer algo esta tarde? -Pregunta Jorge pasando su brazo por mis hombros y yo niego con la cabeza- Estás súper triste, Jesús ¿Seguro que no quieres hablar?

– Estoy bien. -Sonrío falsamente y él me mira no muy convencido- Cansado, pero bien.

– Dentro de dos semanas es tu cumpleaños ¿Cuántos cumples? -Pregunta con curiosidad y yo suelto una risa.

– Veintiocho. Respondo con un nudo en la garganta y él me mira sorprendido- Soy muy joven aún.

No haber podido felicitar a Mia en su último cumpleaños fue chocante, jamás me esperaba que iba a pasar algo así. Adora su cumpleaños, es muy raro que ella rechace algo así. Hablando de rechazo, recibí de vuelta el regalo que le envié, parece que no le hizo mucha gracia.

– ¡Qué tengas buenas vacaciones, Jesús! -Me grita Cristina en cuanto me meto en el coche y yo le lanzo un beso- ¡Nos vemos en un mes!

No tuve vacaciones de navidad y por ello las cogí para el mes de mi cumpleaños. Pasé las navidades haciendo guardias de madrugada y no tuve ni un día de descanso, creo que estas vacaciones son merecidas.

He quedado con Dani y Carol para almorzar. Chantal está enorme, empezó el colegio en septiembre. Parece mentira que hayan pasado los años tan rápido... Y es que el nacimiento de mi sobrina me ha hecho recordar muchísimas cosas, entre ellas que Carol rompió aguas en mi coche en pleno trayecto Málaga-Cádiz. Sin duda es una buena anécdota que puedo contar en cualquier momento.

– Llegas tarde. -Se queja Carol mientras se lleva un trozo de pan a la boca- Siempre nos haces esperar muchísimo.

– Tenía muchísimo trabajo, lo siento. -Suspiro mientras tomo asiento y ella se ríe- Carol, después tenemos que hablar.

Ella asiente y comenzamos a hablar sobre diversos temas. Hacía muchísimo tiempo que no los veía y me ha alegrado bastante que me propusieran quedar después de tanto, tanto tiempo. Estaba desanimado.

– ¿Qué querías hablar conmigo? -Pregunta en el momento que Dani se levanta para ir al baño.

– ¿Sabes algo sobre Mia? -Pregunto nervioso y ella suspira- No sé nada desde hace meses y...

– No quiere saber nada de ti, ya lo sabes. -Responde mientras marea la copa de vino que tiene entre sus manos- Ya hemos hablado muchas veces de esto, Jesús.

– Solo quiero hablar con ella y preguntarle cómo está. -Explico aún más nervioso que antes y ella me mira compasiva- ¿Puedes llamarla ahora y preguntárselo?

– Sabe que estoy contigo ahora mismo, nos lo contamos todo. -Dice mientras coge su móvil.

– Por favor. -Suplico juntando las manos y ella rueda los ojos, seguidamente se lleva el teléfono al oído- Gracias, Gracias, Gracias. -Repito una y otra vez, pero me manda a callar.

Saca los auriculares y me da uno para que me lo coloque. Pone el móvil sobre la mesa y ambos esperamos a que coja la llamada.

– Carol ahora mismo estoy muy ocupada. -Dice Mia en cuando coge la llamada y yo me muerdo el labio, Carol y yo nos miramos fijamente- ¿Pasa algo?

– Nada, solo quería saber cómo estabas. -Responde Carol guiñándome un ojo.

– Pero sí hemos hablado esta mañana. -Se ríe la otra- Estoy bien, como siempre. Hace un día súper bueno, hemos estado paseando por la playa y hacía muchísimo sol.

– Que alegría. -Disimula Carol- Aquí ha llovido todo el día, ha sido horrible. Dani ha llegado empapado a casa porque no se ha llevado paraguas.

– Como siempre. -Se ríe y yo me llevo las manos a la cara- Te escucho súper mal ¿Tienes los auriculares?

– Sí, ya sabes que odio tener el móvil pegado a la oreja. Siempre tengo en manos libres, pero estoy fuera y llevo los auriculares.

– Ah bueno. -Responde la otra y ambas se quedan calladas- Tengo que colgar, es el cumple de Guill...

– ¡Vale, después hablamos! -Interrumpe Carol y yo la miro sorprendido- Un beso ¡Adiós!

Me pide que le dé el auricular y yo sé lo entrego no muy convenido. Me han entrado unas ganas de llorar inmensas, en serio.

– ¿Quién es Guille? -Pregunto nervioso.

– ¿Ves? Sabía que iba a pasar algo así. -Se queja rodando los ojos y se bebe el resto que quedaba en su copa- Su novio, Jesús.

– Ah. -Respondo con una risa irónica- Aunque mira por donde me lo esperaba. -Vuelvo a reírme y ella me agarra la mano- Tranquila, no pasa nada.

– Siento que te hayas enterado de esta forma.

– No importa, gracias igualmente. Quizás estaba aún esperanzando en que podríamos volver... No sé... Algún día.

Cuando quiero darme cuenta estoy llorando como nunca lo había hecho, un llanto bastante pronunciado que intento disimular para que nadie se de cuenta.

– ¿Y les va bien? -Pregunto volviéndola a mirar y ella asiente- Me alegro.

– La vida sigue Jesús... -Explica mirándome a los ojos- Te lo he dicho muchas veces, tienes que seguir adelante y rehacer tu vida.

Dani ha vuelto y nos mira fijamente. Alza una ceja y nos mira extrañado.

– Cuando me fui estabais riéndoos, vuelvo y estás llorando ¿Se puede saber que coño ha pasado? -Pregunta con curiosidad y se sienta a mi lado.

– Se ha enterado de lo de Mia y Guille...

– Anda. -Dice Dani sorprendido y entrelaza los dedos de sus manos- Lo que me sorprende es que no te haya extrañado, ha pasado muchísimo tiempo desde que lo dejasteis.

– Lo sé. -Respondo dando un suspiro- ¿Me enseñáis una foto del ese tal Guille? -Me río y ambos se miran.

– Ya lo conoces. -Dice Dani con una risa- Es Guille, nuestro Guille.

Y ahora si que se me ha venido el mundo encima ¿Guille? No puedo creer lo que acabo de escuchar. Estoy alucinando.

Cuéntame al oído | Tercera parte | StoriesftGemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora