De vez en cuando me pregunto si realmente estoy en el lugar adecuado con la persona correcta, pero luego lo veo sonreír y se me van todas aquellas preguntas tontas que se me vienen a la cabeza. Estos días creo que han sido inolvidables y sinceramente es lo que nos hacía falta. Hace mucho tiempo que no estaba tan contenta... y lo agradezco muchísimo.
– ¿Mia? -Pregunta una voz que reconozco demasiado bien, mierda- Pensaba que no volvería a verte por aquí... ¡Cuánto tiempo!
– Claudia... -Respondo no muy emocionada, aunque sueno tan falsa como ella- Pues sí, mucho tiempo.
– El otro día escuché mucho escándalo por la noche, el bloque estaba muy tranquilo hasta hace un par de días. -Se queja y yo asiento, por favor que se calle ya- Por lo que veo has vuelto con Jesús ¿No?
Asiento y decido no seguir la conversación, hasta que por fin se marcha y puedo subir tranquilamente en el ascensor. Siempre he odiado a los vecinos metomentodos y justamente estoy rodeada de ellos por todas partes. Suspiro al entrar de nuevo en casa y Jesús me mira extrañado.
– Vaya cara. -Dice junto a una risa- ¿Por qué cada vez que sales traes esa mala cara?
– Porque siempre me encuentro con alguien que me enfada. -Respondo dejando el bolso sobre la mesa- ¿Esa señora no piensa dejar de meterse en nuestra vida? Siempre igual.
Solo se ríe porque no puede hacer otra cosa, yo solo sé que no me apetece hablar con más vecinos. Se acerca a mí y me aparta el pelo de los hombros, para recogerlo después con una gomilla que porta en su muñeca. Deja un beso en mi frente y yo me muerdo el labio ¿Se puede ser más bueno?
Y es que aún no supero las palabras de la otra noche, aquella donde me propuso volver a venir aquí a vivir. Donde sus labios volvieron a pronunciar "pareja", porque ahora soy algo más que Mia para él. Vuelvo a ser su novia por decimocuarta vez, como dijo con guasa el otro día. Y esta vez juro que lo tengo más claro que nunca, esta vez sí. Vuelven los planes de verano, las preguntas y las indecisiones por no saber a dónde ir. La visión de futuro y la cantidad de cosas que queremos hacer juntos. La ilusión y las ganas vuelven a inundar nuestras vidas, por fin después de tanto tiempo.
– Ibiza. -Comenta después de haber visto un anuncio en la televisión- ¿Oye por qué no? Creo que nunca he estado.
– Yo tampoco.
– Adjudicado. No acepto un no por respuesta ni un arrepentimiento a última hora. -Dice con una pequeña risa.
Me hace bastante ilusión volver a viajar con él, es algo que siempre nos ha encantado. Antes hacíamos muchas escapadas, a cualquier sitio y muy pocos días. Nos encanta viajar, explorar y disfrutar de las pequeñas oportunidades que tenemos.
– Dani y Carol tenían muchas ganas de ir también ¿Se lo decimos? -Digo después de recordarlo y él suspira- ¿Por qué suspiras?
– Siempre vienen... Además, me apetece ir a solas contigo. -Agarra mi cintura y yo ruedo los ojos- Ya iremos con ellos a algún sitio.
– Hace bastante tiempo que no hablo con Carol. -Frunzo el ceño- ¿Te apetece ir esta tarde a su casa?
No me contesta y decido dejarlo pasar, aunque esto no va a quedarse así. Cuando fui a su casa el otro día estaba bastante rara, como apagada, al menos conmigo. Desde entonces no hemos vuelto a hablar. Por eso he cogido el móvil y le he mandado un mensaje, para ver si quiere que nos veamos un rato.
Carol🌹👩🏼🤝👩🏻: No me apetece hacer nada, nos vemos la semana que viene❤️
– ¿Dónde vas? -Pregunta Jesús en cuanto ve que me he vuelto a vestir.
– A casa de Carol. -Respondo acercándome a él para darle un pequeño beso- Nos vemos después.
Carol siempre suele acceder a todos los planes que le propongo. Hace cualquier cosa para quedar conmigo, pero ahora mismo no es el caso. Por eso necesito averiguar qué es lo que le pasa, porque lo más seguro es que esté tirada en la cama con su hija mientras ven cualquier película de dibujos animados. Y si estoy en lo cierto no voy a consentir que ocurra eso.
– Hola caracola. -Dice Dani en cuanto me abre la puerta y se apoya en ella- ¿Qué haces tú por aquí?
– ¿Está Carol? -Pregunto preocupada y él asiente- ¿Puedo pasar?
– Adelante, estás en tu casa.
Y efectivamente está en su habitación, dormida. Me muerdo el labio y me tumbo junto a ella, pero nota mi presencia y comienza a gruñir.
– ¿Qué haces aquí? Te dije que nos veíamos la semana que viene. -Se queja restregándose uno de sus ojos- Que dolor de cabeza, apaga esa luz tan horrorosa.
– Que mal despertar tienes, hija. -Me quejo y ella frunce el ceño- ¿Se puede saber qué te pasa? -Cruzo los brazos y ella se señala- Sí, a ti.
– ¿A mí? No me pasa, de verdad que no. -Se le quiebra la voz, está nerviosa.
– Me está mintiendo, esa agilidad a la hora de decir esas frases significa que me mientes. -Alza una ceja y yo asiento- Estás nerviosa y no tienes ningún motivo para estarlo.
– No me psicoanalices. -Se queja y yo suelto una risa- No me pasa nada, Mia.
El silencio vuelve a hacerse y Dani se asoma en la habitación, pero Carol le indica con gestos que se marche. Aunque él no hace caso, se queda ahí pendiente a la conversación.
– Está bien. -Dice después de un buen rato de insistencia- Nos lo solemos contar todo ¿Verdad? -Asiento y ella suelta un largo suspiro- Joder... Es que no quería contártelo aún... Después de todo...
– ¿Que no querías contarme el qué? -Alzo una ceja y ella se lleva las manos a la cabeza.
– Después de lo que tú pasaste y que ha sido tan reciente... que te dije que no es una buena edad ni el momento adecuado... -Creo que ya sé por dónde van los tiros- Y encima eres la última en enterarte...
– Joder Carol, estás cagándola aún más. -Añade Dani un tanto mosqueado- Que está embarazada, Mia.
Y de repente se me cae el mundo encima, otra vez. No porque no me alegre, si no porque no me lo esperaba. No después de lo que pasó conmigo.
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Cuéntame al oído | Tercera parte | StoriesftGemeliers
FanfictionPorque todas las promesas aún se tienen que cumplir.