Capítulo setenta - Capítulo Final: "Dos años"

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Hace muchísimos años conocí a una persona en la parada del autobús, pero jamás pensé que se convertiría en una de las mujeres más importante de mi vida. Hoy hace justo dos años desde que Mia estuvo a punto de morir. Dos años ¿Se dice pronto verdad? Estos mismos han estado lleno de mil sentimientos, emociones y sensaciones. Diez años. Hace exactamente diez años que nos conocemos. Que no hemos parado de hacer el tonto hasta que nos hemos dado cuenta de que no podemos estar separados y que el destino está de nuestra parte.

Es increíble como la vida ha ido poniéndonos obstáculos hasta que descubrimos que estábamos hechos el uno al otro. Cometí mil errores y ella también, pero también aprendí de ellos muchísimo. Ahora sé que estoy en el lugar adecuado con las personas a las que más quiero. Recuerdo cuando reunimos a toda nuestra familia y a nuestros amigos en la playa. Hicimos la boda a nuestra manera, sin papeles de por medio ni ningún trámite burocrático. Ni a ella ni a mí nos gustaba. Lo pasamos realmente bien y sinceramente fue inolvidable. Nuestra casa está plasmada de fotos de ese día y Mia estaba guapísima vestida de blanco. Poco a poco va construyendo de nuevo aquella melena morena que le queda tan bien, pero es una tarea difícil después de todo lo que pasó. Aunque no le importa, el pañuelo se convirtió en uno de sus complementos favoritos y los lleva a todas partes, tengo que admitir que le queda demasiado bien.

¿Y bueno,qué ha sido de ti, Jesús?

Sigo trabajando en el hospital, por suerte. Al final nos quedamos en Málaga, he aprendido a vivir aquí y tengo que reconocer que me gusta bastante. La playa, la comida y el ambiente, es un sitio magnífico y que me ha sorprendido gratamente. Es la ciudad natal de Mia y me ha enseñado todo lo que sabe de aquí. Rincones mágicos que recordaré siempre, porque los sitios guardarán siempre recuerdos.

Viajes, cenas, escapadas de fin de semana... Estos años han sido una locura. Aunque sin duda lo más emocionante fue ver nacer a una de las personas más importantes de mi vida y hace algo más de un año desde que puso nuestro mundo patas arriba entre risas y llantos que nos mantienen despiertos toda la noche. Sus primeras palabras, los primeros pasos y gamberradas. Es un auténtico torbellino. Ser padre ha sido una de las mejores sensaciones del mundo, en serio. Hemos formado una familia con esfuerzo y sacrificio. Mia es una madre estupenda, siempre lo tuve claro y ahora he podido comprobarlo. La vida me ha demostrado que tienes que luchar por todo aquello que quieras, cueste lo que cueste. Mia lo hizo. Volvió a trabajar en una clínica privada, allí es psicóloga desde hace tiempo y está muy contenta. No os podéis hacer una idea de lo orgulloso que estoy de ella, tanto profesional como personalmente.   Es una auténtica luchadora.

Hoy vamos a reencontrarnos después de un par de días sin vernos, fui a Sevilla a ver a mi familia y estoy bastante cansado. Cuando meto la llave en la cerradura no puedo evitar reírme al escuchar a Mia gritar que ya he llegado a nuestra hija, Ari, la que me recibe justamente en la puerta y alza los brazos para que la agarre. Mia me mira y sonríe, se acerca para besarme y se apoya en mi hombro.

– Te quiero. -Dice con una sonrisa de oreja a oreja.

– ¿Tanto me has echado de menos en tres días? -Pregunto junto a una risa y ella rueda los ojos- Es broma idiota.

Besad a la persona que queréis. Enamoraos hasta más no poder de aquella persona en la que llevas pensando tanto tiempo y sobre todo vivid. Porque no sabéis cuándo vais a volverla, ni cuando vais a dejar de respirar. Porque la vida es efímera y hay que vivir el momento. Disfrutad de cada día, de cada risa, de cada mirada, de cada pequeño momento que os regalen las personas. Yo estuve a punto de perder a esa persona y no quiero volver a pasar por ello jamás.

Y ahora recuerdo cuando me llamaban loco por querer ir a verla hasta cualquier lado. De recorrerme kilómetros y kilómetros en coche solo para poder estar con ella. También decían que no merecía la pena, pero para su sorpresa sí que la mereció y mucho. No pensaba en el momento que esto iba a acabarse, porque yo lo intenté y salió bien. Pero... ¿Qué hubiera pasado si yo no lo hubiera intentado? ¿Y si ella tampoco? ¿Estaríamos ahora aquí?
Pensar que todo comenzó con una conversación en Instagram y luego un tímido "Hola ¿Qué tal?" en persona de un adolescente mediocre de dieciocho año, me pone los pelos de punta. Menudo horror.

Y se acerca a mí.
Me pregunta si puedo darle un beso y accedo. Porque ahora no me atrevo a rechazarle ni uno ni de broma, tampoco a decirle adiós. Nunca me ha gustado esa palabra. Adiós. Suena como un "hasta nunca". Prefiero decir nos vemos pronto o hasta luego. Por si no vuelvo a verla más. Por si vuelvo algún día a vivir esa sensación.

Ahora solo tengo ojos para dos personas: Mia y Ari. Y juro que nunca les diré un adiós. Tampoco me quedaré con las ganas de darles el último beso, de abrazarlas o decirles que las quiero. Que las necesito en mi vida en todo momento. Porque son mi familia. Son mi vida.

– ¿Vas a quedarte mucho tiempo más pensando? -Dice junto a una risa y niego con la cabeza- Te estamos esperando para bajar.

Ah, y ahora me gusta la playa.
Porque a ellas les gusta y bueno supongo que acabas acostumbrándote a los gustos de los demás. Es cuestión de adaptarse y aunque me ha costado, lo he conseguido.

Y minutos después, mientras ellas dos caminan por la orilla de la playa, yo les saco una foto que admiro y subo a todos los sitios posibles.

Familia.

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Bienvenidxs a este final tan inesperado de la novela. Aquí acaba esta trilogía que espero que hayáis disfrutado tanto como yo.

Os espero en la próxima novela, dentro de un par de días , cuyo protagonista es Dani.

Un beso❤️

Cuéntame al oído | Tercera parte | StoriesftGemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora