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AMELIA ESTABA SENTADA frente a su abuela con el corazón latiéndole a mil por hora. Elizabeth estaba en silencio procesando lo que le había dicho minutos atrás.
— ¿Estás embarazada? —Elizabeth miro a su nieta sin entender bien.
—Sí, estoy embarazada —murmuró.
— ¿Desde cuándo?
—Tengo cinco semanas.
La reina le miraba seriamente—. Planeas abortar, ¿cierto?
— ¿Qué? —rió—. No.
— ¿Sabes que tu hijo será un bastardo? —frunció el ceño—. Un bebé fuera del matrimonio, eso no es bueno.
—Abuela, para cuando mi hijo nazca ya estaré casada —le recordó—. Y no será un bastardo.
—Amelia, querida —suspiró—. ¿Qué dirá la prensa?
—No voy a abortar, abuela —se levantó—. Voy a casarme y a tener a mi hijo.
— ¿Y quieres que te felicite?
—No quiero que lo hagas, solo... quería que lo supieras —explico—. Voy a tener un plan, lo prometo.
Elizabeth suspiró—. Bien, pero no creas que por tu embarazo vas a olvidarte de tus obligaciones —regañó—. Tu tienes que ir a esa gira con tus hermanos.
—No planeaba cancelarla —sonrió—. Otra cosa...
— ¿Ahora qué pasa?
—Christopher... el tiene deberes con Marvel —le recordó—. Un contrato.
— ¿Y qué?
—Su contrato termina hasta 2019 —explicó—. Para eso faltan cuatro años.
—Amelia...
—Deberías de darle tiempo, que termine ese contrato y ya —pidió.
—Eso hubiera pensado antes de pedirte matrimonio y embarazarte —regaño.
—Es su trabajo.
—Pues debe renunciar y es mi última palabra —las puertas se abrieron—. Ahora vete.
Amelia suspiró, le dio una última mirada y salió. Debía buscar alguna manera...
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CHRIS BUFÓ CANSADO sintiendo los flashes en su espalda y oyendo los clicks de las cámaras. También sabía que tenía a un par de hombres detrás suyo protegiéndolo de los paparazzis y reporteros.
—Pero miren quién viene ahí —RDJ silbó al ver a su amigo entrar al set—. El futuro príncipe.
—No seré un príncipe, Rob —rodó los ojos saludando a todos.
