CHAPTER NINETY-FOUR

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ERAN LAS DOS DE LA MAÑANA y Chris aún no podía dormir, pensaba una y otra vez en la mierda que se había metido, pensaba en cómo iba a contarle a Amelia lo que ocurrida y el cómo iba a reaccionar. Dirigió su mirada en la espalda desnuda de su esposa, los rizos rubios de esta estaban desparramados en la almohada y solo podía ver el lado izquierdo de su rostro, respiraba tranquilamente y en sus labios se asomaba una pequeña sonrisa.

Beso su hombro lentamente, era su ángel y no quería arruinar absolutamente nada de lo que tenía con ella.

— ¿Chris? —volvió su vista a ella.

Amelia soltó un pequeño bostezo—. Lamento despertarte, amor.

—No pasa nada —se sentó recargando su espalda en la cabecera. Chris le paso una camiseta de él—. Gracias.

Ambos quedaron en silencio por un rato, Amelia lo veía con curiosidad.

—Amor, ¿qué pasa? —preguntó tomándolo de la mano.

Chris la jalo recargandola en su pecho y beso su cabeza—. Necesito contarte algo... es serio.

Amelia alzó una ceja—. ¿Malo?

—Probablemente.

La rubia sintió un cosquilleo en su pecho así que se alejo un poco para escucharlo hablar.

—Quiero aclarar que todo esto sucedio el tiempo que tu y yo terminamos —le dijo—. Fue una etapa muy oscura y destructiva para mí y me arrepiento de muchas decisiones que tome ese lapso de tiempo.

Amelia asintió.

— ¿Recuerdas que en ese entonces salió un artículo que hablaba de mi aventura con Emily?

—Oh vaya que lo recuerdo —Amelia había llorado como nunca ese día.

—Bueno... Emily no fue la única —hizo una mueca—. Hubo otra mujer... Tracy Mutzabaugh.

—Oh —Amelia lo miró.

De alguna u otra forma Amelia sabía a donde se dirigía esa historia.

—Después de esa noche no volví a saber nada de ella hasta ahora —murmuró con miedo—. Ella... ella dice que tiene un hijo mío.

Amelia sintió un nudo formarse en su garganta.

—Chris...

—No le creo —le confeso—. Ni mis abogados.

—Un bebé —Amelia negó levantándose de la cama—. Un hijo...

—Lia, no quiero que te sientas obligada de nada —se acerco a ella pero Amelia se levantó de la cama.

—Yo... ¿por qué no le creen?

—Use protección y todo fue demasiado raro... mi abogada le pidió una prueba de ADN y ella se puso como loca gritando que iba a demandarme... ayer fue a la clínica de papá para hablar con él.

𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 | 𝐂𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora