CHAPTER NINE.

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Habían pasado tres semanas desde que Amelia había regresado a Londres y tal como habían prometido, ella y Chris se mantenían en contacto, hablaban todos los días así ella tuviera que madrugar o el tuviera que desvelarse

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Habían pasado tres semanas desde que Amelia había regresado a Londres y tal como habían prometido, ella y Chris se mantenían en contacto, hablaban todos los días así ella tuviera que madrugar o el tuviera que desvelarse.

—Entonces si estas enamorada de el —mencionó Andrea.

—Me gusta, sí, pero no puedo decir que estoy enamorada de el —frunció el ceño comiendo una papa frita—. Es muy pronto.

—Existe el amor a primera vista, Amy —explicó Johanna antes de morder su hamburguesa.

—Es como Andy y Sebastian —la de cabello corto suspiró—. Pero lo tuyo con Chris Evans fue amor a primera vista.

—Tal vez estaban destinados a estar juntos desde ese día que se encontraron en el elevador —señaló la pelirroja.

— ¡Es tu hilo rojo! —chilló Esmeralda emocionada.

Las chicas, excepto Amelia, le siguieron el juego.

—No estoy enamorada —rodó los ojos—. Amor a primera vista, ja, demasiado cliché.

—No es cliché, Amy.

—Y yo no diré que estoy enamorada de el —se levantó de la cama buscando su celular—. Solo nos estamos conociendo.

—Por el amor a Dios —Esmeralda suspiró dramáticamente.

—Además, dudo mucho que el quiera salir con una princesa... el quiere una vida normal y mi vida esta demasiado lejos de la normalidad.

Las cinco estuvieron unos minutos debatiendo acerca del romance de Chris con Amelia hasta que el celular que la princesa tenía en su mano sonó.

—Es el —metió una papa frita a la malteada de chocolate antes de comerla—. No quiero contestar.

—Amy, hazlo —Johanna la obligó.

Miro a sus amigas antes de salir al balcón, cubriéndose de la lluvia en el pequeño techo que había.

Hola —el actor estaba demasiado nervioso, se detuvo en la acera.

—Chris —sonrió recargándose en la pared—. Creí que estarías dormido, en Boston son... —miro su reloj—. Ocho de la mañana.

Me despierto a las siete de la mañana, Lia —rió—.  Ademas, debía contarte algo.

—Suéltalo —espero a que el chico hablara.

Hace unos días recogí el traje que use en la gala de la tintorería —explico.

Amelia lo interrumpió—. ¿Recién lo llevaste a la tintorería? 

Chris rodó los ojos—. Amelia —la chica rió.

—Lo siento, continua.

La mujer que estaba ahí me entrego un objeto con un valor sentimental para ti.

—Mi brazalete —recordó la noche de la gala cuando este se cayo en Central Park—. Lo guarde en tu saco.

Así es —saco de su chaqueta el brazalete de diamantes—. La mujer fue muy sincera, cualquier otra persona lo hubiera vendido, se ve que tiene un valor monetario alto, no te voy a mentir, pensé en enviarlo por paqueteria.

—Ni se te ocurra, Christopher —suspiro nerviosa—. Si ese brazalete se pierde asesinare a alguien, lo juro.

Entonces se me ocurrió una idea arriesgada —se cruzo la calle.

—No puedo viajar a Boston —explico pensando en la posible idea del actor.

Pero yo si puedo venir a Londres —sonrió mirándola—. Y debo decir que cuando me dijeron que era una ciudad lluviosa no lo creí hasta hoy.

—Espera un segundo —alzo la vista buscándolo pero no lo encontró—. ¿Estás aquí? ¿En Londres? ¿En Inglaterra? ¿Europa?

Sal y lo descubrirás —Amelia corto la llamada antes de adentrarse a su habitación emocionada.

— ¿Qué tienes? —pregunto Johanna mirándola arreglarse frente al espejo.

—Esta aquí —explico volteando a verlas—. Chris vino a Londres.

Las damas de la princesa soltaron un grito emocionado.

— ¿Qué haces aquí? —Nora se levanto de la cama caminando al clóset de la rubia, salio de este con una gabardina café en sus manos—. ¡Ve a ver a tu príncipe azul! 

La rubia corrió escaleras abajo.

—Lia —llamó William entrando al palacio.

—Hazte a un lado, Will —su padre la llamo pero hizo caso omiso.

Corrió por el jardín sin importar mojarse con la lluvia, necesitaba verlo.

Su corazón latió rápidamente al verlo parado fuera del palacio cubriendose de la lluvia bajo un local cerrado, tenía esa sonrisa encantadora que solo sabia hacer, lucia increíblemente perfecto con esa chaqueta café y sus lentes de sol. Era todo un príncipe.

— ¡Chris! —la princesa corrió hasta sus brazos.

El actor rodeo su pequeña cintura alzándola un poco, ambos rieron emocionados de verse después de tres semanas.

—Te extrañe tanto —murmuro Chris en el oído de la rubia.

—Yo te extrañe mucho más —rió.

Ambos se separaron un poco para mirarse a los ojos, había sido un infierno no poder verse y eso ambos lo sabían. El actor  hizo de lado el mojado cabello rubio de la cara de Amelia

—Creo que esto te pertenece —le mostró el brazalete—. Lo mande a arreglar por ti, así no lo pierdes con cualquier otro chico.

—Con el único que quiero perder mi brazalete es contigo.

Se miraron con una sonrisa gigante sintiéndose como adolescentes enamorados.

—Amelia —la llamo mirando sus labios.

—Chris... lo que sea que vayas a hacer hazlo ya —pidió.

El americano sonrió antes de unir sus labios con los de la chica en un tierno beso.

— ¡Se besaron! —chillaron emocionadas las chicas desde el gran ventanal de la sala principal del palacio, callaron al ver a William y Charles a espaldas de ellas.

—No puedo creer que mi primer beso con Chris Evans sea bajo la lluvia —rió Amelia—. Tan cliché.

Chris rió antes de volver a besarla.

Ok, escribí este capitulo escuchando No diré que es amor y creo que se nota

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Ok, escribí este capitulo escuchando No diré que es amor y creo que se nota.

¡SE BESARON, AHHHHHH! ¡POR FIN!

Espero hayan disfrutado el capitulo.

Jandy xoxo.

𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 | 𝐂𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora