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AMELIA Y CHRIS estaban demasiado emocionados con el hecho de tener a sus hijas con ellos. Amaban ser padres y cualquiera podía notarlo.
— ¿La puedo cargar? —Sarah les hizo ojos de cachorrito.
Chris rió asintiendo—. Por supuesto.
—Aw, mira —Amelia se encontraba leyendo las cartas que habían recibido tanto de sus amigos como de la gente—. Este es de McKenna.
El actor se acerco a su esposa—. Felicidades Chris y princesa Amy, espero que sus hijas sean igual de encantadoras que ustedes. Los quiere, McKenna —leyó—. Dios, adoro a esa niña.
—Y yo igual —sonrió—. Deberíamos llevarla a Disneyland algún día.
—Oigan —Scott les llamo—. Lo siento pero Maggie hizo popó y yo no me siento preparado para esta misión.
Amelia soltó una risita.
—Yo la cambio —Lisa se ofreció—. Ustedes sigan viendo los regalos.
Lisa tomo a su nieta y salió de la sala.
— ¿Cómo se sienten? —Bob dejo su taza de té en la mesita y se acercó a Sarah para ver a su nieta—. Dios, son hermosas.
—Estamos muy emocionados —confesó Amy—. Son muy tranquilitas.
—Solo se despiertan dos veces en la madrugada, a las dos y a las cinco —explicó Chris.
— ¿Quiere cargarla? —Sarah miro a Bob.
—Por supuesto.
Sarah le entregó a la bebé y se acercó a Scott—. Nosotros les tenemos una sorpresa.
—Ay dios.
—No es nada malo —se apresuro a decir Scott—. La idea nos la dio el príncipe Charles.
—Oh, entonces no puede ser mala —Chris abrazo a su esposa.
Sarah rodó los ojos y le dio un golpecito a Scott—. Dales el regalo.
— ¿Qué? —la volteó a ver—. Creí que tu lo tenías.
—No, no. Yo te lo di a ti —abrió los ojos sorprendida—. ¿Perdiste el regalo, Scott?
— ¿Yo?
Ambos iniciaron una discusión.
—Tal vez esta en mi habitación —los dos caminaron hasta la salida pero Sarah se detuvo—. En seguida regresamos.
Chris y Amy se vieron divertidos antes de seguir con los regalos.
—Me alegra que Amy y Scott se lleven tan bien —confesó la rubia.
—A mi igual, aunque a veces pueden ser demasiado... ellos.
—Esto lo envía Máxima —Amelia saco dos pares de pendientes de oro con diamantes incrustados—. Son muy bonitos, ¿no crees?
— ¿Quién es Máxima? —preguntó Chris curioso.
—Oh, la madre de Andrew —le dijo.
—O sea, ¿la reina de Países Bajos?
—Aja —lo miro—. Fue muy amable cuando visite su país, es una figura materna para mi.
Chris la miro sorprendido pero Amelia no le presto atención, siguió con los regalos de sus amigos.
—Este regalo es de Mark Ruffalo —Amelia abrió la caja encontrándose con dos pijamas de unicornio y un libro—. Esto me salvó la vida en más de una ocasión. Usenlo con sabiduría.
—Este es de Paul Rudd... ¡No puede ser! —soltó una risa emocionado—. Mira, mira.
Amelia sonrió ampliamente al ver dos pequeñas camisetas de los Patriotas.
—Owww —Amelia tomo una—. Son hermosas.
—Ya quiero ponérselas —admitió con ilusión—. Y llevarlas a su primer partido.
La rubia observo a Chris encantada, amaba ver en lo que Chris se estaba convirtiendo ahora con la llegada de sus hijas.
Acarició la mejilla de su esposo—. Te amo.
Chris beso su frente—. Y yo a ti.
El emotivo momento se rompió al oír a Margaret soltar en llanto.
—Creo que tiene hambre —Bob hizo una mueca haciendo reír a sus hijos.
—Yo me encargo —Amelia tomo a la bebé—. Gracias.
Bob se acerco a su hijo viendo a la princesa marcharse de la habitación, palmeo su espalda llamando su atención.
—Felicidades, hijo.
— ¿Por qué? —frunció el ceño confundido.
—Porque encontraste a tu alma gemela —confesó—. Y casualmente también es el amor de tu vida.
Chris sonrió—. Gracias, papá.
Amelia, por su parte, entro a la habitación de sus hijas encontrándose a Lisa meciendo a Diana en sus brazos.
—Cayó rendida —le dijo dulcemente.
—Ow —sonrio—. Sin duda ella es la más dormilona.
—No puedo creer que ya pasaron tres semanas —Lisa le dijo—. ¿Cómo paso tan rápido?
—Ay, no lo sé pero detesto que pase tan rápido —suspiró.
— ¿Qué es lo que más te emocionaba de ser mamá? —le preguntó curiosa.
Amelia acomodó a Margaret en su pecho y la bebé pronto empezo a comer.
—Me emocionaba todo, desde tener que despertar en la madrugada hasta cambiar pañales —confesó—. Pero ahora que las tengo conmigo, hay otra cosa que me emociona aún más.
— ¿Qué es? —le sonrió ampliamente.
—Ver a Chris convertirse en papá —se sonrojo—. Poder estar ahí viéndolo ser mejor día con día para las niñas, verlo disfrutar cambiar pañales y limpiar el vómito de ellas —ambas rieron—. Es increíble ver de cerca esta nueva etapa en el.
Lisa tomo la mano de Amelia—. Estoy tan agradecida con Dios por ponerte en la vida de Chris —le confesó—. Llenaste de color su vida.
—El llegó a iluminar la mía también y le agradezco mucho por haber educado a Chris de la manera en lo que lo hizo. De verdad, gracias.
—Es un placer tenerte en la familia, Amy.
—Lo mismo digo, Lisa.
Ahí ambas mujeres se dedicaron a hablar y compartir experiencias y consejos sobre la maternidad. Tal vez Amelia iba a perder a su familia al renunciar a su título pero había conseguido una familia que la amaba por ser ella misma y eso era mil veces mejor.
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finalmente y como nuncaaa...
HOLAAAAA, después de 1 mes al fin pude actualizar y lamento mucho que sea tan cortito jsjsjs