CHAPTER NINETY-EIGHT

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CHRIS EVANS ESTABA emocionado por volver a ver a su familia

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CHRIS EVANS ESTABA emocionado por volver a ver a su familia. Finalmente las grabaciones de Civil War habían terminado y eso significaba unas largas y merecidas vaciones en Reino Unido.

— ¿Quién iba a decir que ahora estarías unos días aquí y después irías a tu hogar en otro país? —Lisa hizo un puchero viendo a su hijo mayor.

—No tienes que preocuparte por eso, mamá —Chris sonrío— . Nos tendrás de vuelta cuando menos lo pienses.

—Solo quiero que tu y Amelia estén sanos y felices —explicó.

—Lo estaremos —beso su mejilla.

Había pasado una semana en Boston con su familia mientras esperaba que Sarah terminara su trabajo en América para poder regresar con Amelia, Eddie y Scott.

—Nos vemos pronto, señora Lisa —Sarah le dio un abrazó a la mujer.

—Las espero a ti y a Lizzie —sonrió—. Tenemos una charla pendiente.

—Lo sabemos.

Finalmente ambos subieron al jet privado que pertenecía a la Familia Real.

—Ser parte de la Familia Real tiene sus ventajas —mencionó la mujer lanzando su bolso a uno de los asientos vacíos y se acomodó.

Chris la vio quitarse los lentes de sol y acomodar su flequillo.

—Ya sé que estoy guapa pero deja de verme que me gasto —bromeó.

Chris soltó una carcajada—. Es solo... ahora que te veo bien a ti y a Amelia —la chica alzó las cejas—. Son tan distintas.

—Lamentablemente yo soy más parecida a los Windsor y ella a los Spencer —le dijo.

—Esa debe ser la razón por la que tu y William se llevan mejor.

—Y Harry y ella son mejores amigos —le dio la razón—. Ahora déjame dormir que me trasnoche con las grabaciones y si voy a llegar a cargar a tus chiquillas debo tener al menos cinco horas de sueño.

El actor rió viéndola abrocharse el cinturón de seguridad, acomodarse en el asiento y ponerse encima una manta de felpa para finalmente cerrar los ojos.

Chris, en cambio, se colocó sus airpods y empezó a leer un libro. No lo diría en voz alta pero tenía una sensación extraña en su estómago.

No pasaron ni dos horas cuando Chris ya se encontraba con el libro en el suelo y sus ojos cerrados.

—Señorita Spencer —oyeron—. Señor Evans.

Lentamente abrió los ojos, podía oír la lluvia golpear el metal del avión y ahí regreso en sí. Finalmente 6 después de seis horas y cuarenta minutos habían llegado a Reino Unido.

—Gracias.

Sarah se estiro un poco oyendo alguno que otro de sus huesos tronar.

—Gracias al cielo —murmuró tomando sus cosas.

𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 | 𝐂𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora