CHAPTER TWENTY-THREE.

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Amelia sintió el tiempo pasar tan rápido después de recuperarse

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Amelia sintió el tiempo pasar tan rápido después de recuperarse. Logró, sorprendentemente para todo, hacer amistad con Antoinette y Artemis.

—Sabes que puedes llamarme cuando quieras —la rubia sueca abrazó a la británica—. Si necesitas pasar un tiempo lejos de tu familia mi casa esta para ti.

—Digo lo mismo, Anto —sonrió.

Antoinette subió a la camioneta que la llevaría personalmente al aeropuerto, Artemis fue la segunda y Andrew.

— ¡Los voy a extrañar! —Amelia se lanzó a los brazos de Renner triste.

—Nosotros a ti, princesita —Jeremy rió besando la mejilla de la chica.

Se soltó de el para abrazar a los Chris—. Cuídense —les pidió—. Y espero verlos pronto.

—Tenlo por seguro —sonrió Hemsworth.

—Y espero pronto la invitación a la boda —bromeó Pratt.

El estómago de Amelia se revolvió.

—No me despido de ti porque irás con nosotros —Hiddleston rió pasando su brazo por los hombros de Amelia.

Los actores subieron a la camioneta.

— ¿Todo listo? —preguntó Dorothy acercándose a ellos.

Todos asintieron, pronto las chicas salen del hotel siendo recibidos por una ola de reporteros y fanáticos. Después salió Tom Hiddleston y finalmente Amelia.

—Princesa Amelia, princesa Amelia —sonrió a las cámaras.

La rubia subió a la camioneta siendo observada por todos—. ¿Qué?

—Nada —Nora le dio una mirada a Esmeralda.

La llegada a Londres fue larga y cansada. Lo que Amelia necesitaba en esos momentos era dormir pero su padre esperándola en la sala de estar arruinó sus planes.

Pronto la rubia sintió la sangre hervirle al recordar el trato de su padre con la familia real holandesa.

—Amelia —el hombre se levantó del sillón—. Me enteré de tu situación en África.

—Eres mi padre... —le recordó con lágrimas—. ¿Cómo pudiste vender a tu propia hija de tal manera?

—No entiendo de que hablas.

— ¡Me vendiste a Andrew! —gruñó—. Podrás ser mi padre pero eso no te da el derecho de tomar decisiones por mi.

— ¡Tu harás lo que sea necesario por esta familia! —le gritó—. Si tu abuela o yo te ordenamos que te cases con Andrew, ¡Lo haces!

—No soy una maldita muñeca que puedes mover y hacer a tu merced, padre —escupió alejándose de el con asco.

— ¡Eres igual a tu madre! —soltó con tal enojo que asusto a Amelia—. Crees que puedes andar por la vida haciendo lo que se te plazca pero no, tu deber esta con la corona y debes hacer lo que se te pida. Ese hombre americano da un mal aspecto a la familia, te hace ver como una...

— ¡No te atrevas a insultarme! —se acercó a el furiosa—. Tampoco menciones a Chris, ni creas que por pertenecer a esta familia voy a alejarme de el. ¡Lo amo! Y cuando menos lo pienses voy a abandonar esta cárcel.

Y entonces Charles soltó fríamente—. La única manera de abandonar esta familia es muerta.

Abandono la casa dejando helada a su hija y con un lío en su cabeza.

Abandono la casa dejando helada a su hija y con un lío en su cabeza

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𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 | 𝐂𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora