CHAPTER NINETY-FIVE

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AMELIA Y SARAH SE encontraban sentadas en el césped con Dodger a sus pies, los chicos se encontraban jugando un partido de americano junto a los sobrinos de Chris

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AMELIA Y SARAH SE encontraban sentadas en el césped con Dodger a sus pies, los chicos se encontraban jugando un partido de americano junto a los sobrinos de Chris.

— ¿Qué tienes? —pregunto Sarah a su hermana mientras mecía a Margaret.

—Estoy pensando en lo que hará mi abuela cuando se entere del problema con Hillary Mutzabaugh.

—Amelia, tu y Chris saben que lo que esa pe... mujer dice es falso —le recordó—. Eso se le puede aclarar a tu abuela.

—Como si fuera tan fácil —bufó—. No le importa si la noticia es falsa o no, lo que le importa es que el impacto que traerá.

—Pues se puede ir al carajo —se encogió de hombros—. Total, tu y Chris pronto van a abandonar esa familia.

Amelia asintió viendo a Chris—. Pensar que Chris puede tener otro hijo... no sé que haría si eso fuera cierto —murmuró—. Lo amo y sé que en ese entonces habíamos terminado pero... dios no, no quiero pensar en eso.

—Cambiemos de tema —pidió la castaña—. ¿Qué tal quedo su casa?

La rubia sonrió ampliamente—. Es perfecta —le dijo—. Saber que es nuestro hogar, que podemos poner las reglas que nosotros queramos sin preocuparnos de nada es fantástico.

Sarah sonrió—. Me alegro mucho por ustedes —le tomo de la mano—. Merecen ser felices.

—Gracias, Sarah —le dio un apretón—. ¿Qué tal las cosas con Lizzie?

Los ojos de la castaña se iluminaron y pronto una sonrisa enamorada se asomó en sus labios.

Soltó un suspiró—. ¿Crees que es muy pronto pedirle matrimonio? —pregunto para sorpresa de Amy—. Jamás había estado tan segura de querer compartir mi vida con alguien más hasta que llegó Lizzie.

—Ay, son tan tiernas —apretó su cachete—. Si ambas sienten lo mismo no creo que sea apresurado.

—Quiero compartir un hogar con ella —confesó—. Ella me hace sentir libre, me hace fuerte y valiente. La amo.

— ¿Cuándo es la boda? —ambas rieron.

— ¿Boda? ¿Qué boda? —Scott se acostó en la manta con ellas.

—La tuya con Eddie.

El rubio se sonrojó—. Denme una semana y les digo cuando.

Ambas hermanas soltaron un gritito—. ¡Deben tener una cita!

—La tendremos pronto —miro al pelinegro corriendo detrás de sus sobrinos—. Es tan guapo.

—La verdad es que sí —Sarah lo apoyó—. Y es increíble e inteligente.

—Cuéntanos más de él, Amy —Scott recargo su barbilla en una mano interesado.

—Ammm... tiene un doctorado en artes, también tomo algunos cursos de cocina... ama cocinar y aprender —explicó—. Sabe tocar el piano y el violín... uh, habla cuatro idiomas.

𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 | 𝐂𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora