—Solo vine por dos días y despues viajaré a Afganistán —explicó caminando junto a ella.
Ambos salieron al jardín principal donde su familia y amigos cercanos a la Reina Elizabeth se encontraban.
—Amelia —la rubia sonrió a su padre.
—Hola —beso su mejilla y le dio un cálido abrazo.
Su sonrisa se borro al ver a la mujer a su lado.
—Camilla —saludó seriamente.
No era un secreto que la princesa Amelia no tolerará para nada a la esposa de su padre, lo supieron todos cuando, en 2005, ella no asistió a la boda.
Pero nadie podía decirle nada, Amelia aún sentía a Camila y a su padre culpables de lo ocurrido con su madre. Y sí, había perdonado a su padre pero a Camilla jamás, sabía que eso le dolía a su padre pero era algo personal.
—Me alegra que hayas llegado con bien —sonrío la mujer, Camilla hacía de todo por llevarse bien con la joven princesa pero nada funcionaba.
Harry se disculpo con su padre y Camilla antes de alejarse de ellos.
—Gracias —ambos siguieron caminando hasta llegar al Príncipe Philip.
—Abuelito —la rubia lo abrazo bajo las miradas prejuiciosas de las personas que se encontraban ahí.
Y no era para más, a pesar de haberla regañado por llamarlos abuelo al príncipe o abuela a la reina cuando era niña, ella jamás aprendió y seguía llamándolos así sin importarle lo que los demás dirían y a ellos no parecían importarles.
Claro, no era un secreto que, a pesar de los chismes y la rebeldía, Amelia era la nieta favorita tanto de la reina como del príncipe.
—Debiste haberte peinado, cariño —Elizabeth se acerco a su nieta mirando el cabello rubio de Amelia desordenado.
—No regañes a mi leoncita —la princesa sonrió al oír el apodo que Philip usaba para llamarla.
—Escuché que lograste trabajar junto a una organización muy popular en Estados Unidos.
Amelia asintió bebiendo su té—. Marvel Studios acepto colaborar conmigo para la Fundación Diana.
—Me alegra tanto saber que todos esos niños te tienen a ti para ayudarlos.
William y Kate se acercaron a saludar.
—Me voy —sonrío a sus abuelos—. Con permiso.
William miro a su hermana alejarse de el. Después de la última pelea que habían tenido ella no le hablaba para nada.
—Eugenie, hola querida —saludo a su prima—. Beatrice, que gusto volver a verlas.
—Ya teníamos mucho tiempo sin vernos —sonrío hipócritamente Betrice.
Las princesas de York sabían ocultar muy bien su disgusto por Amelia, tenían esa rivalidad desde que la princesa de Gales se había convertido en la favorita de todo su familia y el pueblo y a ellas las habían dejado de lado.
— ¿Puedo hablar a solas con mi hermana? —Amelia se tensó al oír la voz de William a sus espaldas.
Tanto Eugenie como Beatrice le dieron una mirada a William antes de dejarlos solos.
—Hola —saludó tímidamente.
William y Amelia tenían un carácter muy parecido y solían tener demasiados desacuerdos, sus peleas eran constantes y solo Harry podía hacerlos hablar, eso hasta que Kate llegó y fue un pilar para Amelia.
—Perdón —la rubia alzó la vista a su hermano mayor—. No debí haberte reclamado por eso, debí apoyarte y estar para ti.
—Creí que no te caía bien —alzó una ceja.
Esa pelea empezo cuando Amelia y Lee, su ex novio coreano, confirmaron su relación en 2009. William no quería que sus mantuvieran relaciones con extranjeros, y solían pelear por eso. Claro que el problema se intensificó cuando Amelia llevó a Lee a la boda de Will y Kate.
—No me caía bien, pero era tu felicidad —rodó los ojos—. Eres mi hermanita, y le prometí a mamá que siempre cuidaría de ti y de Harry.
La chica suspiró, al parecer, los tres le habían prometido cosas diferentes a su madre.
—Es solo que... —calló unos segundos—. Puedo oír lo que la familia dice de ti, puedo leer lo que la prensa dicen de ti y me enoja... lo viví con mamá y no quiero vivirlo contigo.
—William —lo tomo por los hombros—. Debes de entender que ahora soy una mujer adulta, mis decisiones y opiniones no deben de ofenderte ni a ti ni a los demás... y si lo hacen entonces están mal ustedes porque yo hablo lo que siento y hago lo que creo mejor. No soy la princesa perfecta, ni sigo totalmente las reglas pero soy yo y eso me hace auténtica, si a mi no me molesta lo que la prensa o la familia diga de mí entonces a ti tampoco debe de afectarte, ¿bien?
William la miro con ternura antes de abrazarla—. Te pareces tanto a mamá.
La princesa sonrió con lágrimas—. Te amo, hermano.
—Yo te amo más —la rubia miro a Harry, este los observaba junto a Kate.
Harry alzó sus pulgares en señal de aprobación, Amelia sonrió imitándolo.
A pesar de los problemas, de las peleas, la hipocresía y del drama amaba a su familia y jamás la cambiaría.
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Este capítulo fue, más que nada, para conocer un poco la relación de Amelia con su familia ya que tomará mucha importancia en un futuro.