Sentiment Ètrange - Las canciones que te hacen en mi | ALBALIA

LA CONTRATACIÓN

Marta entró en la sala con una expresión más relajada de la que había mantenido durante las últimas horas y llamó al nombre de algunas chicas. Les pidió que la acompañaran y que las demás esperasen. 

Después de unos minutos, que parecieron incontables a mí, regresó. Y como antes, llamó algunos nombres más mientras decía el puesto en que cada una estaría trabajando a partir de aquel día, y cuando finalmente dijo mi nombre no lo pude creer.

—¡Enhorabuena señorita Lacunza! , usted es la nueva asistente de la señora Alba — Y sonrió gentilmente, felicitándome.

Yo era la felicidad e incredulidad en persona, como no sería. Las chicas también me felicitaron y yo las felicité de la misma manera, después de todo lo habíamos logrado. Al final la secretaria nos pidió que la acompañaramos al RRHH de la empresa que estaba en otro piso.

Durante el camino por el edificio que pertenecía en su totalidad a Martínez Garrido Marketing, iba diciendo la planta donde trabajaría cada una de las chicas que fueran aprobadas conmigo. La presidencia, donde me quedaría yo, estaba en el piso más alto, no pasaríamos por allí ese día. 

El edificio era enorme, estábamos todas encantadas y eufóricas claro, pero había una chica muy muy loca con nosotras, que parecía estarlo mucho más. Era rubia con el pelo largo, septum y algunos tatuajes, así como yo. No tuvimos mucho tiempo para hablar bien, pero nos hizo reír muchísimo con sus ocurrencias. Tenía la risa floja, parecía que iba algo fumada, pero creo que solo era su manera de ser. A quién le ocurre ir a una entrevista así, no. Firmamos el contrato y resolvimos todo ese mismo día. Recibiría un salario muy bueno, maravilloso de hecho.

Marta personalmente me dio toda la información sobre el cargo y lo que desarrollaría allí en la empresa, que en realidad no sería realmente en la empresa. Yo estaría vinculada a ella y trabajaría la jornada laboral que todo colaborador de allí debería cumplir, pero mi vínculo y obligaciónes estarían totalmente con la Señora Alba y sus necesidades personales dentro y fuera de aquel espacio.

La secretaria me dio aún más algunos consejos importantes, ya que era la persona más cercana a la presidenta. Parecía muy atenta y preocupada de que yo entendiera todo y me sintiera completamente a gusto. Después de la entrevista y la salida de la Señora Martinez de escena, ella se mostró mucho más abierta, pero aún mantenía el tono profesional. Era hermosa y muy simpática, pero nada que me llamara mucha atención, sobre todo después de conocer a Alba Martínez Reche.

La entrevista se pasó en un miércoles y el lunes me presentarían oficialmente a ella y me incorporaría a mis asignaciones. Sólo pensarlo me quedaba sin aliento.

Sí, la impresión que esa mujer me había dejado duró todos esos días. Esa intensidad, no la suya en sí, sino del efecto que tuvo sobre mí y lo que me despertó. Era como un vendaval que arrasaba con todo a su paso, como un huracán, siempre apuntando hacia delante, hacia su próximo punto de destrucción. Dicen que si estás dentro de un huracán ello no puede contigo, no sabía si era verdad, pero estaba a punto de averiguarlo.

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La semana pasó muy rápido y finalmente llegó el lunes. Me puse un traje formal pero algo  despojado, ya que el ambiente en la empresa era más relajado en cuanto al atuendo. Me hice un buen maquillaje y eché el pelo hacia un lado como me gustaba cuando quería sentirme más girl power. Necesitaba sentir que tenía algo de control de la situación que na verdad me estaba indo de las manos. Salí bien temprano, llegando con tiempo de sobra.