⏮ ⏯ ⏭ Carla Bruni - Quelqu'un m'a dit

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... un caos absoluto.


Prácticamente no paramos en todo el día. Entre un lugar y otro, para probar y hacer los últimos arreglos de ropa, maquillaje, peinados, pase de micro, de sonido y escenografía, se fueron muchas horas. Ese sería el gran día. En algún momento de la fiesta me llamarían para charlar un poquito de mi proyecto; de cómo fue mi experiencia y qué me llevó a hacerlo y por qué creía tan importante la campaña contra el bullying. Y después de eso, finalmente nos presentaríamos y luego se anunciaría la campaña ganadora.

El evento de ese día fue mucho más grande y mucho más producido de lo que imaginamos al principio, realizado en una sala de espetaculos y todo. Estábamos encantados y impresionados al mismo tiempo. Tenían revistas, reporteros, periódicos, TV. La ropa, el maquillaje y toda la producción de todos nosotros estaría increíble. Nunca imaginamos que pasaríamos por algo así en nuestras vidas. Bueno, al menos yo no.

Entonces, después de horas de montaje y preparación, con algunos minutos de iniciado el evento, llegó mi momento. Subí al escenario temblando más que un banano en medio de un huracán. Nos habían separado en grupos porque cada uno se acomodó en un lugar y en un horario diferentes, pero desde allá arriba pude ver a casi todos mis amigos abajo, con esas miradas que parecían orgullosas y que me daban ganas de llorar. pero logré mantenerme firme. Pude hablar y seguir todo como lo había programado desde el primer día, incluso logré improvisar algo sobre el traje exótico que llevaba puesto, que no era muy formal para el evento. Y cuando terminé, todos esos aplausos me conmovieron aún más. Porque, además de mis amigos, eran de gente que no me conocía de nada. Gente que aplaudía mi trabajo, mis ideas, mis pensamientos. Eso fue todo un gran logro para mí. Hacía menos de dos años casi no tenía esperanza en mi carrera y ahora estaba ahí, siendo aplaudida por mi trabajo, en una carrera que me llenaba, en una de las mayores empresas del mundo, en una posición de liderazgo que me daba la posibilidad y la ilusión de seguir haciéndolo durante muchos años más.

Cuando bajé para que hablara el siguiente finalista, mis amigos vinieron a recebirme y pude verlos a todos bien. Estaban hermosísimos. Todos acudieron a felicitarme, pero una persona no estaba allí. Y no la había visto en todo ese día desde que salimos de su casa por la mañana, tomadas de la mano y nos despedimos cuando llegamos al lugar y nos separaron. Y tampoco la había visto durante mi presentación. Quería saber qué pensaba ella, si lo había hecho bien, si todo había salido como lo esperaba. Pero entonces, los chicos hicieron espacio a esos ojos brillantes con esa gran sonrisa que reflejaba algo parecido al gozo, llenando mi pecho de plenitud y calma. Antes de casi saltar a mis brazos y ceñirme entre ellos. Parecía una locura, pero ya la echaba de menos, a pesar de que solo había estado lejos por unas pocas horas.

Cuando nos separamos, después de que ella me besara la mejilla y me dijera que había estado increíble ahí arriba en mi oído, vi que Beatrice también estaba allí, justo detrás de ella, y mi sonrisa casi murió de inmediato, antes de que ella diera un paso atrás y puedo verla bien. Estaba divina. Se veía impresionante con ese sexy conjunto rojo y negro que parecía hacer juego con el mío. Con el pelo en rizos, y un maquillaje que resaltaba cada uno de sus perfectos rasgos, que estaban en total armonía con ese cuerpo de infarto bajo toda esa tela. Buah, nunca dejaría de sorprenderme de lo preciosa que era esta mujer. ¿Cómo podía verse así?

¿Y por qué esa mujer tenía que estar detrás de ella todo el puto tiempo?


— ¡Felicidades, Natalia! — Beatrice se acercó a felicitarme también y vi que al hacerlo se apoyó en las caderas de Alba, como pidiendo paso. Y mi sangre hirvió. Pero parecía sincera, así que le agradecí tan cortésmente como pude, aunque entre dientes.

Sentiment Ètrange - Las canciones que te hacen en mi | ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora