#OjoNataliaLacunza

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— Entonces, ¿realmente no vas a estar en mi primera firma?


Había pasado algunos días desde aquella maravillosa noche de sueño en brazos de Natalia, con Queen y Luísa de por de medio, que me había devuelto la tranquilidad, y en dos días ya sería la fecha de la tan ansiada tarde de autógrafos que tendría lugar en su ciudad. La que daría cualquier cosa por estar, pero que lamentablemente no hubo forma de conseguirlo. Por eso le pedí a Julia ya África, que en ese momento no serían tan necesarias en la empresa, que la acompañaran. Sabía que Miki e Ici irían también, y con ellos Alfonso y Famous, y Joan, si no hubiera tenido que viajar de urgencias por trabajo. No podía dejar ir a todos sus amigos de la empresa, ni a Joan del Hotel, pero al menos algunos de nosotros estaríamos ahí. Por supuesto, toda esta organización, no le dije a Natalia, ya teníamos suficientes debates.


— Lo siento mi amor, pero es que mi padre va a enviar a un representante de uno de sus socios al país para una reunión, y necesito pasar a buscarlo en persona al aeropuerto, antes de la cena con los miembros de la junta. Realmente necesito una alianza con él... Esta cena de negocios es muy importante... — Escuché un resoplido, algo irritado, y tal vez, también desilusionado, al otro lado de la línea.

— ... ¡no! — traté de arreglarlo rápidamente. Me estaba poniendo nerviosa, por eso me desacertaban las palabras. —... claro que estar contigo también lo es... es más importante que eso en realidad... pero por favor, Natalia, trata de entenderme... te lo juro que si pudiera elegir qué hacer, no te soltaría de hoy hasta el día de la firma. Me imagino que tus nervios deben... tiene que ser jodido, me imagino que debes estar al borde, y quería estar a tu lado para calmarte y asegurarte que todo va a estar increíble, porque estoy segura que así será... pero ahora mismo necesito estar muy alerta a todo... muchas cosas están pasando... — Dudé si seguir hablando del tema, así que me detuve con un suspiro de frustración. No era exactamente el momento o la circunstancia perfecta para ello.

— ... seguro que mi padre me está preparando algo... y yo... solo necesito que ten...— aunque no era el momento, quería que ella supiera que todo era mucho más grande que mi voluntad.

— Vale, Alba — Me interrumpió, seca. — ...a veces parece que te estás preparando para una guerra.

—Yo también tengo esa impresión – respondí en un hipo, dejando salir todo el aire de mi pulmón de golpe. Yo estaba agotada.

—Tengo miedo de perderte...— Esto dijo en un hilo de voz tan débil que casi no pude oír. Como si de un secreto se tratará, como que no quisiera que escuchara, como si ya no tuviera la boca cerca del teléfono. y un escalofrío me recorrió. ¿Cómo podría siquiera pensar en ello? No, no. Si ella era mi persona.

— Eso nunca pasará, Natalia...— y entonces se cortó la conexión. No sé si ella había colgado o simplemente se había cortado la llamada.


Y después de eso mis mensajes ya no fueron leídos, y Natalia tampoco contestaba ni devolvía mis llamadas. Está bien, podría estar ocupada, estar en una reunión y por eso apagó el móvil, me repetía. Pero después de eso ya no pude estar en paz.


Recordé que la peña estaba planeando encontrarse en el bar de Noemí esa misma noche, y claro, los extrañaba a todos. Aunque había visto y hablado con las chicas en la empresa, y lo hacía prácticamente todos los días, no era lo mismo, yo era la jefa allí y tenía que mantener cierta profesionalidad para que todo saliera y funcionara bien, especialmente en ese momento. Extrañaba estar con mis amigos, y hablar de lo que quisiera, como de lo enamorada que estaba de Natalia, y cada vez más. De lo increíbles que habían sido los días con ella en la playa, bebiendo, cantando, riendo, siendo felices. Realmente lo necesitaba.

Sentiment Ètrange - Las canciones que te hacen en mi | ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora