EL DESEO QUE NO SE VA

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Esa fue la primera vez desde que me incorporé a la empresa que me levanté sin querer ir a trabajar. Incluso en esos momentos en los que el curro era más pesado y estaba perdida al principio. Ese día no me apetecía una mierda irme, ni tenía el cuerpo para ello. Estaba segura de que si iba a algún hospital me certificarían para pasar los próximos días en casa, pero no lo hice. Ese lunes tendríamos la primera reunión de equipo para poner en marcha el proyecto y claro, era muy importante para mí estar presente ya que sería la primera que participaría ya incorporada en el equipo creativo. Y a partir de ahí empezaría toda la idea del anuncio y su planteamiento, si me perdiera este momento, no me perdonaría más tarde.

Estaba muy mal y ese día ni siquiera el maquillaje me pudo ayudar, así que traté de disimular un poco las ojeras y eso fue todo. Me puse el primer atuendo que vi, no era mucho para el ambiente de oficina, debo confesar, y me até el cabello en un moño bastante descuidado para no tener que peinarme. Terminé siendo la última en llegar. No es que llegara tarde, pero todos ya estaban en la sala de conferencias. Así que intenté ser lo más discreta posible, dije un 'buenos días' a todos en general y caminé rápidamente hasta la última silla que estaba vacante. Sentí los ojos de Alba sobre mí en el camino. De hecho, no fue solo su mirada lo que noté, todos parecían mirarme con extrañeza, realmente debería haber estado bastante mal, pero decidí ignorarlo. Cuanto antes comenzará esto, más rápido se pondría todo en marcha y ese día pasaría y podría volver a mi casa a morir.

La reunión duró toda la mañana y fue muy productiva. Alba dijo que los clientes estaban muy satisfechos con la idea y que a partir del día siguiente todo empezaría. De hecho, a diferencia de todas las veces que traté de retener la mayor cantidad de información posible sobre todo lo que sucedía allí, esta vez era más un peso muerto tratando de prestar atención sólo a las cosas más importantes, sin mucho suceso.

En cuanto terminó la reunión, y el personal ya se estaba despidiendo para irse de allí porque ya era la hora del almuerzo, vi que Damien, Sabela y Vicky estaban tomando la ruta contraria y acercándose a mí. Todavía estaba reuniendo fuerzas para levantarme de esa silla, que después de horas ya me parecía la más cómoda del mundo.

— ¿Qué cara es esta, amoriño? —Oí la preocupación en la voz de Sabela.

— ¿Te encuentras bien, Natalia? — Esta vez fue la de Vicky la que sonó preocupada mientras pasaba sus dedos por mi espalda.

Las miré con gratitud por su preocupación, pero queriendo tomarlo a la ligera. Después de todo, yo estaba así gracias a la mierda que le estaba haciendo a mi cuerpo, no tenían que preocuparse por mí, me sentía mal por eso.

— Nada, chicos, es solo resaca. Pronto estaré bien — Sonreí una vez más con calma y me detuve en el rostro de Damien, quien también se veía muy preocupado.

"¿Estás segura de que es solo eso?", Me preguntó.

— Sí. Me excedí en la bebida este fin de semana, quería celebrar nuestra fama... — Dije con una sonrisa tonta que fue imitada por ellos.

— ... y terminé poniéndome un poco emocionada. No tuve tiempo de tomar ningún medicamento. Pero tan pronto como tomo y como algo, vuelvo a la normalidad.

De hecho, todavía no tenía hambre ni ganas de tomar nada para mejorar a esos dolores en mi cuerpo. Sentí que necesitaba sentir algo para recordar.

— ¡Oh, genial Natalia! ¡Porque tu cara es realmente mala! — dijo Damien riendo, creo que para animarme. Y recibió tres bofetadas de nuestra parte por todo el cuerpo.

— Auch — se quejó, riendo.

—Vamos chicos, bajemos a alimentar a esta princesa entonces, a ver si esta carita mejora — Dijo Vicky, animando a todos a salir de allí.

Sentiment Ètrange - Las canciones que te hacen en mi | ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora