CUATRO

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La comida había llegado, la película estaba casi a medio terminar y yo yacía como un saco de papas en mi sofá disfrutando de mi noche a solas, hacía mucho tiempo que no lograba esta hazaña. Hasta que mi celular empezó a sonar. Devoré el final del temaki que tenía en la mano, detuve la película y corrí a contestar. Era la Mari queriendo saber qué era lo bueno para esa noche. Dijo que realmente necesitaba salir a hablar, parecía algo angustiada, no sé. No podría decir que no lo haría, ella realmente parecía necesitarlo y pensé que debía ser algo serio ya que no llamó a todas las otras chicas también, como solíamos hacer cada vez que salíamos. Me cambié de ropa muy rápido, me subí a mi coche y fui a buscarla.


— Oye, mi amor — me saludó mientras subía al auto con una sonrisa claramente forzada.


— Oye, ¿qué cara es esta Mari? ¿Qué pasó?


— Mujeres, esto me pasó — Hizo una mueca, lucía bastante molesta.


— Esta maldición que es gustar de mujer. Tía, ¿no sería mucho más fácil querer y estar solo con hombres? ¿No? Son mucho más fáciles... básicamente si sabes cómo domesticarlos se comerán de nuestras manos hasta que nos cansemos, y ya está — Me miraba entre interrogante e indignada con las cejas muy arqueadas.


Sabía que el asunto era serio, pero no pudo evitar reírme de la cara que estaba poniendo y de lo indignada que parecía estar.


— Dime lo que pasó, anda — Le pedí, mientras arrancaba el auto.



Entonces empezó a contarme. Pero antes me pasó una dirección. Dijo que conocía un buen pub, y que el lugar estaba tranquilo, podíamos pasar una noche ligera y hablar como es debido.

En fin, no dijo el nombre de Vicky, pero de la conversación se quedó claro que era ella. Estaban teniendo problemas con la relación de poder que se estaba creando entre ellas. Probablemente las estaba resultando difícil conciliar y separar su vida personal y laboral. Y el hecho de que no asumieran que estaban juntas, creo que pesaba mucho. Aunque no entendí por qué no lo hicieron de inmediato, porque eso nunca sería un problema entre nosotros y creo que en la empresa también no. Contó que había tenido una pelea horas antes de llamarme. Lo que explicaba mucho, no había pasado mucho tiempo desde la última vez que las vi juntas y parecía que estaban bien. Y pensó en hablar conmigo porque yo era la única persona que podía entenderla sobre este tema.

No entendía muy bien por qué, pero creí que no era la única que sospechaba de las relaciones personales que tenían lugar en la empresa. Si yo 'sabía' sobre ellas, ¿qué la impide 'saber' sobre mí también? Pues nada.

Podía entender por lo que estaban pasando, a pesar de que mi relación, o mí no relación con Alba, iba en una dirección completamente distinta. Así que hice lo mejor que pude como amiga en este momento, aconsejándola que hablara con la persona y le explicara lo que estaba sintiendo, porque era la mejor y la única forma de salir de esa situación. Ya fuera porque juntas decidirían intentar solucionarlo todo, o que no funcionaría y cada una seguiría su propio camino. Pero La Mari se mostró reacia al respecto. Decía que no funcionaría, porque la persona era demasiado tonta y cabezota, y nunca lo entendería.

En algún momento cerró el asunto y dijo que no quería pensar más en eso, que quería disfrutar esa noche bebiendo mucho y haciendo lo que mejor hacía: ligar con las tías hermosas. No pensé que eso resolvería nada, pero no cuestioné sus decisiones. He estado en este lugar y sé que a veces solo necesitamos un poco de alivio y luego volver a armar las cosas.

Sentiment Ètrange - Las canciones que te hacen en mi | ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora