CRUDA

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— ¿Natalia?

—Dime — Me detuve antes de abrir la puerta, ella se acercó a que todavía estaba sin los tacones, se puso de puntillas, me acercó la boca al oído y habló con su voz ronca.

— ¡Tú también se corrió como una puta!


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Me pasó y salió del gimnasio. Yo, que mi primera reacción de normal habría ser enojarme por ello, solo pude reírme astutamente a lo bajo.

Antes de irme, fui al baño de la piscina. Necesitaba arreglarme para volver a la fiesta bien. Alba debería estar tan desordenada como yo, o más, pero no vi adónde fue después de que salió por la puerta.

Volví a la mesa y todos charlaban muy alegres y risueños, parecían no haber notado mi tardanza en volver. Algunos de ellos hasta se arriesgaban a bailar, aunque sentados y al son de la latosa música clásica que sonaba de fondo, y no pude evitar reírme de la escena. Baya, parecía que mi estado de ánimo ya había cambiado otra vez.

Me senté y lo primero que hice fue buscar mi vaso que ya había sido tomado por un camarero, pero en cuanto uno de ellos me vio sin uno en la mano, vino a servirme más. Como dije, parecía que la orden era que todos salieran borrachos de allí.

Vi a Alba desde la distancia hablando animadamente con Joan y algunas otras personas en una mesa más alejada de la nuestra, incluida la chica que Damien estaba de ojo. creo que era una de sus invitadas. Una mujer de cabello enorme y ondulado dirigía un baile flamenco con un chico alto, y el resto de la mesa se reía mucho. Alba parecía que se había rehecho el maquillaje y su cabello ya no estaba almidonado, pero aún estaba impecable.

Le dije a la gente que me había ido a fumar y luego salí a caminar a ver la mansión y terminé perdiéndome, creo que se lo tragaron. Volvimos a disfrutar de la fiesta con la misma buena onda en la que estábamos antes de irme de allí. Charlamos, reímos mucho y también nos quejamos de la música, mientras tocábamos a lo bajo una u otra canción animada. Teníamos nuestra propria fiesta privada en la mesa. La cena se sirvió poco después. Todo estuvo delicioso, como imaginé que sería cuando elegí el menú del mejor y más caro buffet de la ciudad.

Una vez que se retiraron los platos, Joan llamó la atención de los invitados para decir algunas palabras.

— Bueno, hoy es un día muy especial para mí... — miró cariñosamente a Alba, que le sonreía.

— Han pasado 9 años desde que me casé con la mujer de mi vida. Una mujer inteligente, hermosa, competente y la mejor en todo lo que se propone hacer. Esta es la mujer que elegí para ser la madre de nuestros hijos, y que pretendo, si me lo permite, pasar el resto de la vida a su lado — Su sonrisa se agrandó.

— Mucha gente sabe que antes de estarmos juntos, éramos amigos. Siempre fuimos amigos. Siempre nos tuvimos el uno al otro. Esa siempre fue nuestra mayor y única certeza en la vida... — Después de eso escuché solo un montón de 'bla bla bla'. Él hablaba demasiado y en algún momento desvié mi atención hasta mi copa y las burbujas que hacía el champán.

Al final le dio un largo beso y todos aplaudieron.

— Gracias mi amor, siempre puedes conmoverme con tus palabras — Se miraron con tal complicidad que todos parecíamos estar en medio de algo muy íntimo que no deberíamos estar presenciando. Le abrió una hermosa sonrisa, pero no la que yo conocía. Esa sonrisa que siempre invadía mis recuerdos.

Sentiment Ètrange - Las canciones que te hacen en mi | ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora