13. Azúl tenebroso.

1.8K 350 100
                                    

     Dipper sintió las astillas de las viejas tablas de la madera clavarse en sus dedos cada que apretaba su mano, mientras su espalda entumecida clamaba por un poco de movimiento y libertad de aquel lugar donde se encontraba apoyado.

No lograba ver nada, la oscuridad de aquella habitación a penas y le permitía ver la escasa luz entrar bajo la puerta. No por nada era conocido como el peor castigo de todos, y tristemente, Dipper lo conocía muy bien. Un lugar tan tétrico como un cementerio y tan oscuro como la más profunda pesadilla.

Sin embargo, sus pesadillas estaban mucho más alejadas de una simple vieja y descuidada habitación.

Luego de haber sido sorprendido por aquella encargada con fuerza de demonio, había sido arrastrado hasta esa habitación. Trató de luchar, sin embargo al ser solo un débil niño terminó siendo castigado más de lo que recordaba por el simple hecho de desobedecer una orden de un alfa.

Aún podía sentir algunas de sus costillas palpitar al recordar aquella patada proporcionada por la alfa cuando se negó a entrar al lugar, le sorprendía no tener ninguna rota con la fuerza utilizada, pero como siempre, Dipper había aprendido a moverse lo suficiente como para evitar heridas graves y no convertirse en una carga.

Maldecía el momento en el que descuidó a Mabel y dejó que su emoción la llevara a ignorar sus órdenes, jamás se imaginaría que de entre todos los niños la encargada la eligiera a ella para ir a primera línea. Normalmente era un lugar reservado para los niños mejor vistos, con un encanto natural y un aura poderosa que demostrara la clase a la que pertenecerían.

No era que Mabel no tuviera todo eso, ella era definitivamente una pequeña muy linda, y eso era lo que más le llevó a tratar de esconderla en ese lugar. Algo en lo que había tenido éxito, hasta que ese sujeto apareció.

Dipper sintió un escalofrío recorrer su columna al recordar aquel par de ojos azules mirar con intensidad a su hermana. Un extraño sentimiento nostálgico lo invadió, pero más allá de eso sintió un desconcierto que alertó cada parte de su cuerpo. Porque aquella mirada no reflejaba la avaricia, la superioridad ni la maldad en sus ojos como los demás adultos. Ese hombre, había observado a Mabel con tristeza.

Era un azúl tenebroso, Dipper estaba seguro de no querer ver esos ojos sobre Mabel nunca más.

Para su desgracia, no podía hacer mucho estando encerrado en aquella habitación. Las encargadas solían dejarle días ahí, incluso hasta semanas trayéndole solo unas cuantas comidas al día y permitiéndole salir para ir al baño. Aunque eso cuando estaban de buen humor, y esta vez al casi arruinar un trato seguramente tendría que buscar alternativas.

Frustrado dejó caer su cabeza contra la pared de madera, escuchando su crujir.

Dipper tenía la habilidad de poder recordar con precisión ciertas cosas de su vida. Aún a sus siete años, podía ver sus recuerdos desde el momento en el que llegaron a ese orfanato, y el cómo pasaron de ser unos bebés bien recibidos a ser despreciados por su origen y su aroma. Podía recordar todo el sufrimiento cuando los demás niños los golpeaban, cuando les arrojaban cosas y los insultaban mientras las encargadas hacían caso omiso a las súplicas de Dipper por proteger a su hermana.

Ellos eran tan pequeños cuando llegaron, y ya sabían lo que era vivir un verdadero infierno. Y si el infierno se vivía solo en ese lugar... ¿qué les esperaba al salir de aquel orfanato?

Prefería no pensar en eso ahora, y concentrarse en buscar una salida. Tenía que buscar a Mabel, sabía que el proceso de adopción podría tardar hasta un día entonces no le quedaba mucho tiempo.

Sin embargo, estaba lastimado y sabía que no lograría mucho en ese estado. Debía pensar rápido en algo.

Pero cada que trataba de pensar en algo, solo venía a su mente el recuerdo de aquellos ojos azules compasivos de aquel hombre. No podía comprender el origen de ese sentimiento, pero podía sentir que venía mucho más allá de sus recuerdos. Aunque no podía recordar casi nada desde antes de llegar al orfanato, Dipper estaba seguro de una sola cosa.

Three || BillDipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora