47. Igualdad.

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     Lo último que Bill puede recordar antes de caer en la inconsciencia, es poder ver a través de una ventana de su pasado.

Recordó haber visto a Will, aquel enano azul y llorón seguirlo como un perro faldero mientras corrían lejos de una sombra que los perseguía. Siempre lloraba cuando estaba con él, y Bill lo alejaba empujándolo mientras seguía su camino. Pudo ver y sentir el dolor reflejado en sus acuosos ojos celestes que no perdían la esperanza mientras lo observaban. Una mirada que no perdió en ningún momento, ni siquiera cuando aquella sombra los alcanzó.

Y ahora, Will lucía justo como aquella misma vez, pero la esperanza de sus ojos había sido borrada por el pasado oscuro que los perseguía hasta ahora.

Gruñó molesto, al recordar aquellos detalles de su vida que hubiese preferido olvidar.

Bill no era alguien que se preocupara mucho por su futuro, ni por el pasado. Pero siempre tendría aquella sombra acechando desde los rincones más oscuros de su mente, recordándole las razones de su presente.

Con cuidado se levantó de su cama, sintiendo sus huesos estirarse y doler debido a la incómoda posición en la que se había visto forzado a dormir. Observó su brazo, notando que la herida había dejado de sangrar y el dolor se había reducido notablemente. Recordó los sucesos de la noche anterior, y sintió un ligero escozor en su pecho cuando recordó la mirada doliente del chico castaño cuando la culpa lo inundó.

Era muy parecido a Will en ese entonces, y Bill se vió en la necesidad de borrar su culpa para evitar que arruinara su futuro con aquella aterradora experiencia. Había aprendido lo suficiente de su pasado como para no cometer los mismos errores que le habían costado gran parte de su vida, y poder ver crecer lo que sería su presente y su futuro.

Aunque Bill no haya podido alejarse de su propio pasado.

Aún era temprano, por lo que no desaprovechó el tiempo para tomar un baño y ponerse uno de sus trajes de su armario. Si bien Will le había dicho que cuidaría de la compañía en su ausencia, para Bill el estar convaleciente en una cama no era algo digno de él. A pesar de que su brazo continuara lastimado, luego de las curaciones hechas por el castaño lo habían mejorado considerablemente y ahora podría continuar su vida sin problema alguno.

Tomó su teléfono, y salió de su habitación, listo para ir por algo de comer. Sin embargo, al llegar al comedor, grande fue la sonrisa que adornó su rostro cuando se encontró con los gemelos castaños desayunando con tranquilidad. Su sonrisa se hizo más grande cuando la mirada de la chica lo observó, y el chocolate que estaba bebiendo salió disparado. Dipper la observó irritado, pero cuando miró en su dirección y sus ojos se encontraron con los suyos, su reacción fue prácticamente la misma cuando comenzó a toser debido a que se estaba ahogando con la bebida caliente.

Bill hizo un gran esfuerzo por no reírse, pero aun así su diversión era perfectamente visible en su rostro.

Caminó hasta sentarse frente a los castaños, y casi inmediatamente un café fue puesto frente a él.

El silencio se volvió incómodo cuando Bill no apartó ni un momento su mirada del chico castaño, mientras bebía su café. Mabel lo miraba extraña, observando luego a Dipper tratando de encontrar aquello que llamaba la atención de Bill. Mientras Dipper observaba su chocolate como si fuese lo más interesante del mundo, tratando de ignorar al alfa. Aun se sentía avergonzado por su comportamiento la noche anterior, y eso divirtió más al mayor.

Mabel hizo un puchero cuando no entendía nada de lo que pasaba, finalmente su mirada se enfocó en el brazo del Cipher y observó al hombre rubio.

—¿Cómo se encuentra tu brazo?

Bill dejó de mirar al castaño para ver a Mabel, Dipper también la observó a aliviado, por llevarse la atención del otro.

Three || BillDipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora