Three || BillDip

42. Desconocido.

    Las rarezas para él, siempre habían sido consideradas algo normal desde el momento en el que pudo salir al mundo exterior. Su día a día siempre había estado rodeado con innumerables situaciones que podrían catalogarse de la más extraña manera que alguna persona podría identificar, pero terminaron convirtiéndolos en su vida cotidiana en el momento que los Cipher llegaron a su vida.

Había sido extraño, cada momento desde su llegada. Dipper no pudo dejar de pensar en aquella extraña situación luego de conocer a los extraños gemelos que eran. Dos alfas poderosos, llenos de lujos y misterios que gritaban por doquier. Así era la vida de un Cipher, y él jamás pensó que llegaría a despreciarlo tanto como ahora.

Observó la cama a su lado, donde descansaba profundamente su hermana. Mabel había tenido problemas para dormir aquellos dos días que habían estado alojándose en aquel pequeño hotel en medio del bosque. La castaña había estado inquieta desde el primer momento que ambos fueron conscientes de los extraños sucesos que sucedían en torno a la dueña de aquel lugar.

La señora Duskerton, una extraña mujer que, a pesar de su imagen bondadosa, se había ganado la desconfianza de los gemelos luego del primer momento que llegaron al lugar y descubrieron que en realidad la amable mujer, ocultaba cosas que no deseaba que nadie descubriera nunca. Dipper había tenido que vigilarla y prometerle a Mabel que la cuidaría para que ella pudiera dormir sin preocupación alguna.

Dipper no había esperado mucho para comenzar a investigar el extraño comportamiento de la mujer, decidido a averiguar lo que ocurría con ella. Peo se vió completamente frustrado cuando no logró encontrar alguna extraña coincidencia viniendo de su comportamiento. Duskerton era como cualquier persona normal que mantenía una rutina, levantándose todos los días para cocinarles un sencillo pero delicioso desayuno a ellos. Siempre podía ver a la sonriente mujer limpiando cada parte del hotel y las pocas habitaciones, y las únicas veces que no podía verla, ella se encontraba en la recepción.

La primera vez que ellos salieron, Dipper pudo observarla despidiéndose de ellos cuando estaban a punto de salir en dirección al bosque. Lo último que vio, fue la sonrisa de la mujer borrándose al momento que desaparecían de su visión. A pesar de que no fuera algo extraño, algo en Duskerton le decía que su presencia erala causa de la rara actitud de ella. A pesar de que Mabel tuviera sus propias dudas se distrajo rápidamente mientras comenzaba a hablar con Will sobre lo que harían en su primera excursión. Dipper observó a su lado y notó que Bill mantenía la misma mirada que él sin necesidad que girar a observar a la mujer. Entonces supo que no habían sido los únicos en notarlo, y que probablemente Bill ya supiera la verdadera razón del comportamiento de Duskerton, y Dipper nuevamente estuviera un paso tras él.

Su primer viaje resultó ser a un pequeño santuario ubicado a pocos minutos del hotel. El lugar mantenía algunas especies de animales que Dipper jamás había visto en persona. Mabel era la más emocionada de los cuatro, metiéndose en problemas más de una vez por tratar de acariciar a los animales peligrosos que debían estar más alejados de ellos.

Fue cuando estaban terminando aquel recorrido, que Mabel observó una pequeña caja en un coral. Cuando pudo ver una pequeña bola rosa salir de ella y mirarla con curiosidad, ella chilló alegremente mientras corría saltando todas las barreras y alzaba ente sus brazos el pequeño animal.

—¡¿Podemos quedárnoslo?! —preguntó a Will, haciendo un puchero y hacía su mirada más lastimera posible.

A pesar del ridículo intento, Will terminó suspirando incapaz de resistirse y camino en dirección a la dueña del lugar para tratar de negociar por el pequeño cerdito que ahora formaría parte de su familia. Mabel saltó tras él, mientras le hablaba al pequeño animal que emocionado, movía su pequeña y enroscada colita.