Three || BillDip

36. Anhelos ocultos.

     Prepararse para aquella competencia, fue más fácil de lo que hubiese esperado en una escuela de un nivel tan alto a como lo era esa.

No negará que cada desafío que los maestros le entregaban, era mucho más avanzado que lo que había estado viendo en esos momentos en sus clases normales. Aun así, no demostraban ninguna dificultad para Dipper, quien sin tardar más de lo debido podía solucionar cualquier problemática de forma certera y a un tiempo impresionante. Los maestros solo podían maravillarse cada vez más de aquella poderosa inteligencia y habilidad analítica que poseía ese pequeño omega.

Todos estaban seguros, de que tendría la victoria asegurada.

Claramente él no lo dudaba, estaba dispuesto a ganar aquella competencia sin importar lo que se le atravesara en el camino. Sin embargo, para Dipper aún permanecía una constante que estaba incrustada en su zapato desde hacía aquel momento que inició con la preparación para tan importante evento.

Desde su última conversación con Bill Cipher, la confianza en su persona se había reducido demasiado a un nivel que le avergonzaba a sí mismo admitir. A pesar de que su rendimiento no había decaído y presentaba constantes mejoras a sus maestros, nada era igual que antes. Se sentía más juzgado por todos, y ya no se encontraba tan seguro de las respuestas y conclusiones a las que estaba llegando.

Se sintió acobardado con su propio razonamiento, ya no podía encontrar el camino correcto en el primer pensamiento. Parecía que el alfa rubio se había llevado no solo su dignidad, sino toda clase de confianza con sus despiadadas palabras. Parecía ser una constante en su mente que le decía que, sin importar cuanto se esforzara, nunca podría superar aquella barrera que los separaba.

Gruñó un poco cuando recordó aquel fatídico momento, y el inicio de su nuevo sufrimiento. Sintió a Soos agitarse a su lado, el alfa se movió incómodo mientras trataba de encontrar una posición adecuada para seguir durmiendo sobre aquella mesa.

Suspiró, tratando de relajarse. Luego de casi seis horas seguidas de estudio de física cuántica, era entendible que el moreno cayera rendido sobre lo primero que tuviera en frente. Pronto tendrían un importante examen, y Soos pidió su ayuda para poder pasar sobresaliente y no arriesgarse a perder su beca. Dipper no tuvo ningún problema en explicarle, siendo algo extremadamente sencillo para él. Sin embargo, para el alfa lograr entender esas cosas era un poco más difícil, por lo que tomaron el tiempo necesario para que pudiera entenderlo.

A pesar de sentirse completamente agotado, no podía negar que la resolución de Soos era impresionante. Sabía que su inteligencia no era la mejor, pero era capaz de esforzarse lo suficiente como para lograr adaptarse a los desafíos de la escuela. A pesar de que no lo admitiera, Dipper se sentía agradecido con él porque esas pequeñas cosas que hacía Soos, lo inspiraban a él para seguir adelante y no dejarse vencer por los malos y constantes pensamientos que invadían su mente.

Observó la hora, ya era lo bastante tarde como para que Soos regresara a casa. Con lentitud movió el cuerpo al lado suyo, sonriendo cuando el mayor casi cae al despertar abruptamente. A pesar de que le ofreció preparar una habitación para él, el moreno se negó diciendo que podría irse a casa para no molestarlo. Claramente Dipper no aceptó un no por respuesta, logrando llevar al alfa a una habitación vacía cerca a la suya por si llegaba a necesitarlo.

En el camino se cruzaron con Mabel, quien saludó a ambos antes de ir a su habitación a dormir. Ella había aceptado a Soos con felicidad al ver que era el primer amigo de su hermano, a quien juzgó por días antes de decir que era aceptado para ganar su amistad. El castaño solo pudo rodar los ojos ante la actitud de ella.

Cuando ambos estuvieron en la habitación, el alfa no esperó mucho para lanzarse sobre la increíblemente cómoda cama casi quedándose dormida al instante. Dipper rió, asegurándose de que todo estaba en orden antes de despedirse de él y encaminarse a su propia habitación. Pero antes de poder hacerlo fue llamado por Soos. Extrañado se acercó a él, notando que el alfa había comenzado a temblar mientras lo observaba.