58. Familia olvidada.

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     El momento en el que Bill y Dipper regresaron a la mansión, supieron que las cosas tomarían un rumbo diferente desde que descubrieron que sintieron la fuerte presencia de los dos hermanos que los esperaban.

Todo estaba silencioso, tanto como si se tratara de un cementerio. El ambiente estaba completamente tenso y este solo empeoró en el momento que ellos aparecieron frente a Stanford y Stanley Pines, quienes, sentados desde uno de los sillones, los observaban fijamente con enojo mal contenido.

Dipper había aprendido que ellos tenían ciertos problemas con la familia Cipher, lo supo no solo en el momento que se conocieron y Stanford los despreció por su abuelo, sino que lo descubrió cuando los escuchaba hablar a escondidas en su corta estadía en su cabaña luego de abandonar la mansión por un año.

Había llegado a pensar que quizá podría ser que Ford quisiera hablar con él, tratar de convencerlo nuevamente de tomar un rumbo distinto al que él realmente deseaba y que insistiría con ello hasta lograrlo. Pero no sería motivo suficiente para haber hecho a su hermano venir con él, sea lo que sea que estaba pasando, debía involúcralos a todos ellos, y no podía pensar en alguna situación en la que fuera posible.

Mabel estaba junto a Will, de pie a una distancia considerable de los Pines. Por su expresión, podía suponer que ellos tampoco tenían la menor idea de lo que estaba sucediendo. Will le había confirmado a Bill que ellos habían llegado de la nada y que exigieron la presencia de todos ellos antes de decir alguna palabra. Will había querido negarse, pero sabía que, si llegaba a meterse en conflicto con ellos no quería que lastimaran a Mabel, por lo que decidió guardar silencio y traer a su hermano de regreso.

Bill permanecía serio, su sonrisa se había borrado y aquella faceta del alfa risueño que tanto acostumbraban a ver había dejado de existir. Era extraño para ellos, más que nada para Dipper verlo actuar de una forma tan irracional para él que simplemente, le preocupaba. Podía sentir por medio de aquel lazo lo inquieto que se encontraba el rubio, más que nada cuando su mirada se encontraba con la del hombre robusto que le gruñía en silencio. Dipper lo observó con desagrado, antes de apretar suavemente la mano de Bill, en un intento por calmarlo. Sorprendentemente funcionó, ya que los hombros del alfa parecieron relajarse, mientras su sonrisa regresaba, mas pequeña, pero seguía ahí, brillando como una estrella para Dipper, al igual que sus relucientes y preciosos ojos.

—¿Y bien? ¿Qué significa esto? —preguntó demandante Bill, observando impaciente a los Pines.

Stanford y Stanley se observaron por un segundo, antes de que Ford suspirara y tomara la palabra, viendo de reojo a los chicos castaños que lo observaban desconfiados.

—Hemos a aclarar un asunto de suma urgencia con ustedes —Ford llevó una mano al interior de su abrigo, sacando del interior un sobre—, algo que nos incumbe a todos en este lugar.

—¿A qué te refieres? —preguntó Will, mirando atento cada movimiento de Ford.

Stanford miró a Will por un momento, antes de regresar su mirada hacia el alfa de cabellos dorados.

—¿Hace cuanto... fue que encontraste a Dipper y Mabel? —cuestionó, observándolo desafiante.

Dipper y Mabel se miraron confundidos, antes de observar el rostro tranquilo del alfa. Bill no hizo movimiento alguno, su mano solo tomando la de Dipper mientras acariciaba el dorso de su mano con su pulgar.

—Me gustaría saber primero qué es lo que pretenden ustedes dos, viniendo a nuestro hogar sin decir nada y sí exigiendo respuestas. No es algo muy equitativo, ¿no lo creen? —preguntó con cierta burla, pero la amenaza seguía presente en sus palabras.

Stanley gruñó, haciendo movimiento por levantarse, mientras era detenido por Ford.

—Será mejor que respondas, bastardo —amenazó el hombre robusto.

Three || BillDipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora