Three || BillDip

45. Desesperación.

     Sentía que las horas avanzaban, pero no podía sentir que hiciera algún progreso durante todo el tiempo que estuvo corriendo. Podía sentir el sudor bajar por sus sienes hasta caer por su garganta, mientras su respiración se agitaba cada vez más y su corazón palpitaba a punto de reventar entre sus costillas. Estaba seguro de que había estado buscando durante al menos más de una hora, entre varios árboles y senderos por los que se encontraba.

Pero seguía sin encontrar un solo rastro de Bill Cipher.

Cada árbol que veía, lucía exactamente igual que el anterior. Dipper comenzaba a perder su propio camino y supo que estaba perdido cuando dejó de reconocer su entorno y perdió cualquier rastro de aroma que hubiese tenido desde un inicio.

Maldito en voz baja, mientras pasaba entre los matorrales que arañaban sus ropas y algunas partes de su piel. Estaba agotado, y solo quería regresar al hotel para empacar sus cosas y regresar a casa. Estaba cansado de estarse metiendo en problemas a causa de los Cipher, y deseaba poder tomarse un descanso de ellos. Sacrificaba su propio tiempo, su dignidad y hasta su orgullo por ellos, y Dipper había tenido suficiente en ese momento.

Pero a pesar de que su cerebro le dijera que se detuviera, que buscara alguna señal de la civilización para regresar a casa, aquel sentimiento en medio de su pecho, lo ataba a aquel inmenso bosque al que cada vez se adentraba más y más.

No era justo, realmente pensaba que la vida lo estaba castigando por algo que aún no había hecho. Probablemente Bill se encontraba de regreso en el hotel, conociendo lo ágil que podía llegar a ser ese hombre, no le sorprendería que estuviera incluso de regreso en la mansión. Ese solo pensamiento causaba que la ira burbujeara dentro de él, por cada miligramo de sangre que recorría su cuerpo.

Aun así, sentía que estaba equivocado. Bill debía estar aún por ahí, teniendo en cuenta el estado colérico en el que se encontraba antes de salir, era muy poco probable que regresara pronto junto a ellos. Lo conocía lo suficientemente bien como para saber que, aunque no fuera alguien de tomar decisiones apresuradas, era un idiota que buscaba la soledad sobre todas las cosas para afrontar los problemas de su vida. No por nada se había perdido durante varios años usando como excusa sus viajes de negocios.

Bill era un hombre solitario, quien prefería pasar horas leyendo a estar presente en la realidad. Pero aún así, tenía un perfecto control para diferencial lo real, de lo irreal. El silencio era su mejor amigo, pero también lo era la diversión. Le gustaba divertirse, y al mismo tiempo le gustaba aceptar un buen desafío.

Dipper estaba seguro de que no dudaría en lanzarse a cualquier cosa que le pareciera interesante, incluso si significaba apostar su propia vida. Esa era otra de las muchas diferencias entre ellos dos, que Bill Cipher era capaz de darlo todo por conseguir la victoria y su diversión.

Y eso lo maravillaba cada vez más que pensaba en lo impresionante que era ese sujeto.

En un mal movimiento, Dipper apoyó su pie en un desnivel lodoso, causando que resbalara y cayera sobre un montón de hojas llenas de lodo. Apoyó sus manos para evitar un golpe en su cabeza, y gruñó molesto, mientras trataba de quitarse la suciedad de encima, y trataba de recuperar el equilibrio.

Jadeó cuando sus manos dolieron, observando que se había lastimado con las múltiples rocas y ramas que estaban entre el lodo y se incrustaron en su piel. Rápidamente se levantó, apoyándose en uno de los árboles. Limpió con su camisa la suciedad de sus manos lo más que pudo, tratando de limpiar las heridas si no quería obtener alguna infección. No era el mejor lugar para enfermarse, tenía que darse prisa y regresar antes de que anocheciera por completo.

Logró escuchar un leve sonido, por lo que guardó completo silencio mientras trataba de identificar lo que era. Sus sentidos estaban en máxima alerta, sabiendo que el bosque era un territorio enemigo en cualquier aspecto que poseía. Sin embargo, cuando pudo identificar aquel sonido como el del agua cayendo, supo que probablemente se tratara de alguna clase de arroyo.