Three || BillDip

26. Azúl cariñoso.

     Cuando las cosas comenzaban a tomar rumbos extraños, las rutinas se quebraban. Eso lo sabía desde el momento en el que supo que no volvería a tener la horrible vida del orfanato y no tendría que temer por su vida cada segundo. Y ahora que el día siguiente llegó, Dipper y Mabel no fueron despertados por las criadas a como era costumbre siendo esa la primera señal de que ese día no sería como de costumbre.

A pesar de ello, el castaño se había despertado hacía varios minutos, mientras observaba por la ventana en su habitación hacia el exterior. Hacía un lindo día a comparación del anterior, el sol estaba brillante en el despejado cielo azul, era un clima agradable que cubría toda aquella casi deshabitada zona. Si fuera un poco más de su interés, probablemente se dedicaría a admirarlo completamente.

Sin embargo, su atención no estaba en el clima, sino en aquellos dos autos que estaban frente a la descuidada mansión. De uno de ellos bajó Will Cipher, tan brillante y de mirada dulce como lo recordaba la última vez que lo vió, quien fue recibido por una sonriente Melody que corrió hasta su auto. Pudo observar la sonrisa de Will, se veía mucho mejor que antes cuando fueron llevados a aquel lugar por su hermano. Era una versión más alegre de sí que desconocía hasta el momento. Pero al enfocar su visión a la mansión, su rostro se ensombreció, y Dipper pensó que era curioso el cambio que les ocasionaba a los dos gemelos Cipher ese lugar.

Era un misterio que estaba frente a sus ojos, pero que no podía verlo con la misma claridad que le hubiese gustado hacerlo.

Logró escuchar la puerta, y pudo ver ahora cómo salía del lugar Bill Cipher, luciendo un traje negro con detalles amarillos que brillaban bajo el sol. Estaba siendo seguido por una mujer rubia que Dipper no había visto nunca antes, y saber que cualquier persona podría entrar al lugar sin que lo supiera le generaba inquietud.

Ambos rubios se encaminaron en dirección al otro coche, mientras Will y Melody caminaban en dirección hacia la mansión. A cada paso que daban podía sentir el peso del ambiente agravarse, parecía como si la gravedad no fuera nada comparado al peso de la incertidumbre que cargaban ambos hermanos.

Al cruzarse en el camino ambas pajeras se detuvieron al mismo tiempo que el peso que los rodeaba se disipaba en el aire, mientras los hermanos se analizaban como si fueran dos desconocidos invadiendo propiedad privada, era la misma sensación de dos antiguos enemigos que se observarían en su lecho de muerte.

Will sonrió levemente, y Dipper no supo qué palabras susurró al rubio antes de seguir su camino pasando de él por completo. Si el alfa de cabellos azules hubiera sido un poco más observador, hubiera notado la mirada divertida de soslayo que le dirigió Bill antes de sonreír y alejarse hasta entrar en el auto junto con aquella mujer. Dipper no tenía que saber lo que le dijo Will a Bill, porque con ese simple gesto era obvio que era una amenaza o un sermón.

Cuando el auto de Bill desapareció del camino y Will entró en la mansión, Dipper ya había visto suficiente y regresó a su cama. Serían unos largos días hasta el regreso del rubio, y Dipper ya comenzaba a impacientarse. Tomó su libro y esperó resignadamente mientras seguía con su lectura como si no hubiese pasado nada. No tuvo que esperar mucho cuando pequeños golpes se escucharon en la puerta, lo suficientemente fuertes para despertar a Mabel. La castaña gruñó levemente, tapando su cara con las mantas deseando cubrirse del mundo por completo.

—Quizá deberías abrir —aconsejó Dipper, sin despegar la mirada de su libro. Como esperaba, Mabel lo ignoró, así que decidió terminar su oración—. Pobre Will, ha de pensar que lo ignoras a propósito.

La reacción fue instantánea, Mabel prácticamente saltó de la cama mirándolo incrédula con su cabello castaño revuelto y mirada cansada. Observó la puerta, su nariz se movió mientras olfateaba el aire y al reconocer el aroma, corrió hacia ella, abriéndola completamente revelando al alfa sonriente, quien estaba mirándolos con un brillo especial en sus ojos.