Three || BillDip

63. Un regalo afortunado.

     La familia Cipher, aquel poderoso y codiciado apellido gobernante de las palabras de todo el mundo. Personas desconocidas que gobernaban sobre la sociedad, quienes poseían un enorme poder económico y político que los llevaba a la cima sobre cualquier otra persona y quienes eran respectados y temidos. Habían estado en el poder bajo el nombre Axolotl Cipher durante mucho tiempo, generando enormes ganancias y aumentado su reputación en todo el mundo.

Axolotl había sido un hombre amando por todos, temido por gran cantidad de esas personas y, en definitiva, admirado por el poder que se reflejaba en sus ojos rojos como la sangre. Un poder y sed codiciosa que observaba la sociedad desde un enorme pedestal construido con su corrupción.

Tanto fue su codicia, que terminó sacrificando a su familia por ello. Perdió aquello que mas amaba, y destruyó la única esperanza que guardaban sus nietos. Había destruido a cada integrante de esa familia, y terminó destruyéndose a sí mismo cuando por fin pudo ver más allá de aquella nebulosa oscura que cubría sus ojos.

Hasta que un día, esta familia se derrumbó dejando un hueco en el mundo.

Axolotl Cipher, su hija y el resto de su familia desapareció. Nunca más se supo nada de ellos, quedando como un misterio más en aquella sociedad hambrienta de poder y deseos. Todos habían pensado que se había tratado de una simple ilusión, y que los Cipher simplemente fueron inventos de los altos mandos para esconder sus mentiras.

O eso se creía, hasta que un día, Bill Cipher se alzó como el nuevo rey y cabeza de aquella compañía, tomando el control de todo el imperio que su abuelo había creado. Un rey de cabellos y ojos dorados, tan fríos como el invierno, pero llenos de energía y humor que contradecían todo lo que era este hombre. Su mirada carecía de compasión, y abundaba de diversión. Era extraño, y aun así era aterrador.

Su nuevo reinado generó dudas al mundo cuando comenzó a actuar de forma extraña e incoherente, cuando para este nuevo rey, el poder ni el status importaba cuando tenía mejores formas de divertirse. Era como si no le interesara todo aquello por lo que su abuelo había luchado, simplemente buscando nuevas aventuras que encendieran la emoción en su interior. Había eliminado alfas y omegas por igual, se burlaba de ambos sin importar su rango y se había atrevido a retarlos.

Nadie aceptaba, claramente. Porque ese alfa era un desquiciado que buscaba diversión en cada uno de ellos sin importar su rango. No dudaría en hacer lo que fuera necesario... solo por conseguir un buen rato de diversión. Se había ganado el respeto del mundo, porque todos eran conscientes de las locuras que podría llegar a hacer con tal de cumplir sus objetivos codiciosos.

Aun si eso llegara a atentar contra su propia vida.

Bill Cipher se volvió despiadado e hipócrita, causando un revuelto en el mundo cuando incluso llegó a obtener más poder que su abuelo, sin siquiera importarle ello. Solo se podía ver la diversión en sus ojos, aquellos que brillaban como fuego mismo y en el que ardían las almas de todo el mundo.

Era temido y amado, ansiado y respetado. Un hombre poderoso, alfa maravilloso y alguien de temer que todos admiraban. La historia sabía su nombre, quedando marcado en cada uno de los libros y en cada noticiero del mundo. Porque todos estaba seguros de que él sería el único y verdadero líder del rango de los alfas.

Al menos así era hasta que un día, Bill Cipher, decidió abandonar aquel imperio que tanto había forjado por años. Aquel alfa temido y poderoso, desapareció un día sin dejar rastro alguno.

Y entonces, el mundo colapsó cuando un simple omega tomó el control de todo el imperio creado y gobernado por alfas, destruyendo aquel tabú que los había estado atando por años al nivel más bajo del mundo.