Three || BillDip

44. Pasado inolvidable.

     La mirada del hombre observó detalladamente al sujeto frente a él, quien mantenía una serena sonrisa en su rostro. Lucía justamente como lo recordaba, y verlo allí parado frente a su hogar, había sido una muy mala señal para él desde que había sentido su olor a metros de distancia.

Cerrando levemente la puerta de su hogar, miró al alfa frente a él y suspiró cuando supo que no se trataba de una broma de su mente que estuviera ahí en esos momentos.

—¿Es así como me recibes luego de todos estos años? —cuestionó el rubio, cruzándose se brazos sin dejar de observarlo.

El hombre castaño gruñó al escucharlo, imitando su acción y cruzó sus propios brazos sobre su pecho. Su mirada viajó del alfa rubio hacia atrás suyo, observando tres rostros que no había visto. Había dos chicos castaños, una chica que lo observaba algo temerosa, y un chico castaño que lo observaba con cierta intriga y brillo en sus ojos. Eran extraños, más por el hecho de que el aroma de esos dos se le hacía peculiar, pero cuando observó a la cuarta persona del lugar, vio la misma imagen del Bill Cipher, pero pintado de azul.

Centrando nuevamente su atención en el rubio, finalmente dejó caer sus brazos y miró sus ojos dorados que lo analizaban con intensidad. Abrió la puerta de la cabaña y se hizo a un lado, dándoles la invitación a los recién llegados.

—No toquen nada.

Bill rió, antes de adentrarse en el lugar, siendo seguido por su hermano y por los castaños de cerca. Dipper observó al hombre cuando pasó por su lado, quien lo ignoró por completo y cerró la puerta de un golpe cuando estuvieron todos adentro. Fue solo entonces cuando una luz se encendió, seguido de otra y otra hasta que todo el interior de la cabaña estuvo completamente iluminado. Los tres observaron sorprendidos la cantidad de cosas que poseía aquel lugar en su interior, estaba lleno de artefactos mecánicos y un montón de figuras de extraños monstruos que parecían sacados de alguna clase de literatura fantástica.

El hombre castaño avanzó, hasta estar delante de ellos, y observó al alfa rubio.

—¿Y bien? ¿Al menos viniste por algo importante?

Bill mantuvo su sonrisa todo el tiempo, mientras llevaba su mano al interior de su abrigo y sacaba aquel libro que Dipper había ansiado desde el primer momento que lo vió. Era el cuarto libro del autor de la mano de seis dedos, y el hombre castaño lo tomó entre sus manos y Dipper observó con fascinación como su mano encajaba con la icónica figura en la portada de sus libros.

Era él, realmente lo era.

—El autor de los diarios... —susurró el castaño, incapaz de poder ocultar su emoción.

Sin embargo, debido al silencio, sus palabras fueron escuchadas por todos. El hombre castaño observó a Dipper, quien dándose cuenta de su error trató de mantenerse callado. Para su sorpresa, el hombre sonrió, mientras guardaba el libro entre su propio abrigo beige.

—Veo que tengo un admirador aquí —dijo aquel sonriente sujeto, mientras acomodaba su abrigo.

—Ni que lo digas, me ha rogado por traerlo aquí a conocerte, así que dale tu autógrafo antes de que se ponga a llorar.

Dipper miró ofendido a Bill, quien estando fuera de la vista del autor, comenzó a reírse en silencio mientras lo miraba con diversión.

Ese idiota...

—Dipper leyó todos sus libros en una noche, es su fan número uno —esta vez, Mabel se acercó a él abrazándolo por los hombros, mientras picaba su mejilla y comenzaba molestarlo siguiendo el juego de Bill.

Dipper sintió sus mejillas sonrojarse, y alejó a Mabel rápidamente mientras ella se reía junto a Will por la situación tan divertida para ellos. Maldito en voz baja cuando supo que su plan había sido usarlo para calmar el ambiente tenso, y se sintió herido cuando hasta su hermana se había aliado con Bill para molestarlo.