El sonido de aquel viejo reloj, era lo único que se escuchaba haciendo eco en todo aquel inmenso lugar. Siendo opacado constantemente por los bostezos dados por Mabel a cada minuto que pasaba.
La luz era escasa, lo suficientemente para poder verse el uno al otro, y unas cuantas estanterías a su alrededor. Un pequeño candelabro había sido llevado por una de las criadas a petición de Mabel, quien trataba de mantenerse en calor bajo aquel agonizante frío que sentía debido a la hora que era.
Dipper bufó, observando la hora en el reloj. Era las cinco y diez de la mañana, diez malditos minutos después de la ahora que había acordado con el rubio idiota de iniciar sus explicaciones y le había exigido llegar a tiempo. Sabía que había juzgado muy rápido al alfa al pensar que era responsable y un hombre de palabra, que equivocado había estado creyendo que la seriedad formaba parte de sí.
Odiaba la impuntualidad, más cuando le hacían perder valiosas horas de sueño y de aprendizaje. Observó a su hermana, prácticamente dormida sobre la mesa. Sus deseos por golpear al rubio idiota aumentaron al pensar en el gran esfuerzo y múltiples promesas que tuvo que usar para convencer a la castaña de acompañarlo al lugar.
Su postre de tres meses no valía el tiempo invertido en la palabrería de Bill.
Cuando un minuto más fue contabilizado, decidió que había tenido suficiente. Levantándose de su lugar decidió despertar a su hermana para ir a su habitación, y con suerte, que olvidara aquella mala experiencia.
Tomó los libros que había traído especialmente para sus lecciones de hoy, y se dispuso a regresarlos a su lugar antes de regresar. Grande fue su sorpresa cuando al girar encontró aquellos malévolos ojos dorados mirándolo desde la mesa opuesta a la suya, con una sonrisa burlona y un libro en sus manos.
Dipper jadeó, soltando los libros que tenía en sus manos por la sorpresa y despertando de un susto a Mabel cuando el fuerte sonido retumbó por el gran lugar. Ella observó confundida a su alrededor tratando de encontrar la fuente del sonido, y cuando sus ojos llenos de cansancio enfocaron aquella mirada dorada y cabellos rubios, frunció el ceño.
—¿Desde cuándo Will se tinturó?
Si no estuviera con el corazón acelerado, seguramente el castaño hubiera reído. Sin embargo, el enojo en ese momento era mayor cuando enfocó sus ojos cafés en dirección al rubio idiota que había mirado con cierto disgusto a Mabel.
—Gracias por honrarnos con su presencia, que claramente no hace mucha diferencia en un entorno asolado —dijo con sarcasmo el pequeño, mientras se agachaba a recoger los libros que había dejado caer.
Pudo escuchar la estruendosa risa del alfa, y eso solo lo irritó más.
—Eso es porque has estado tan distraído en tus pobres pensamientos como para notar mi presencia, querido niño —murmuró el alfa, cerrando el libro en sus manos.
—Hemos estado aquí desde antes de la hora acordada, y creo que hubiéramos notado a un loco alfa acechando en la otra mesa.
—He estado aquí desde hace una hora, observando cómo arrastrabas a tu hermana a llegar a su lugar sin caer —respondió con una sonrisa, apoyando su pie sobre la mesa y apoyando su rostro sobre su rodilla.
Dipper abrió los ojos sorprendido, era imposible que hubiera estado en ese lugar antes que ellos, se había asegurado de revisar todo al llegar sin encontrar nada y el único olor en el aire era el de ellos. Debía ser un truco.
—No es ningún truco, simplemente te estoy enseñado lo mucho que me divierte ver lo iluso que eres, enano —habló divertido, mientras observaba el dilema mental del pequeño.
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Three || BillDip
Fanfiction⠀La vida del famoso y codiciado alfa millonario, Bill Cipher, da un enorme giro de 390 grados cuando dos cachorros aparecen la noche de navidad frente a la puerta de su mansión. bill!dipper ⁺ 𝐴𝑈. ⁺ 𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒. ⁺ 𝐿𝑜𝑛𝑔 𝑓𝑖𝑐. ⁺ 𝑃𝑒𝑟...