Nyari: El Imperio Caído

CAPÍTULO 9

CAPÍTULO 9

Ethan

Despierto y a mi lado duerme Nyari, con el cuerpo completamente desnudo, anoche estuve dentro de ella, el solo recordarlo hace que tenga una erección matutina, cubro su cuerpo con las sábanas evitando tentaciones, no ha salido el sol todavía.
Salgo de la cama, tomo mi ropa, dejo una nota, una buena suma de dinero, esto es por la nota en mi frente, dije que me las cobraría y así lo haré, vuelvo a mi piso, voy a mi habitación, reviso el móvil y tengo mil mensajes de mi padre, no ha dejado de llamar desde que llegué a Londres, no puedo seguir evitándolo, tomo una ducha rápida, me visto dirigiéndome a la mansión Morrison, no he estado en ella desde hace ya un tiempo, llego y los empleados me reciben como siempre, voy a la terraza donde mi padre, desayuna relajado.

—¡Vaya! Hasta que te dignas a visitar y ver el rostro de tu querido padre —exagera como siempre.

—No es para tanto ¿Por qué tanta insistencia en verme? Sigo siendo el mismo de ayer y que el mismo del día anterior.

—Esa es la cuestión, no te veo desde ayer ni el día anterior —su actitud me cansa— siéntate y come algo, no te quedes ahí parado —hago lo que dice sirviéndome un poco de jugo— ¿Cómo van las relaciones en el comando?

—Para qué me preguntas si, seguramente ya recibiste un reporte con toda la información.

—Quiero escucharlo de mi propio hijo, ¿Hay algo malo en ello?

—Elliot, dime qué quieres, tengo otros asuntos que atender.

—Soy tu padre, no Elliot —le saca de quicio que lo llame por su nombre —hasta donde yo sé, tu nombre es Elliot.

—¡Qué hice para tener un hijo como tú! —se molesta.

—No seas dramático —hago una pausa antes de pregunta—- ¿Por qué Nyari Novalie, está en Londres? —cambia a una postura más seria.

—Yo se lo pedí —responde relajado ¡Elliot, pedir algo! si dijera que lo ordenó, sonaría más creíble.

—¿Por qué? —debo preguntar.

—Hoy es un día hermoso —cambia el tema provocando mi enojo.

—Si no vas a decir nada, me marcho —me levanto.

—Siéntate —toma la postura de padre autoritario—, regresa a tú asiento, Ethan, —vuelve a recalcar y lo hago de mala gana, se queda callado, esperando ¿Qué? ¿las palabras correctas?

—No es una chica cualquiera, es la hija de una gran amiga, de tu madre y mía.

—¡Amiga! —cuestiono, su forma de hacer amistades es... — ¿No es una hija tuya, qué estaba perdida? ¿cierto? —si ese fuera el caso anoche yo...

—No digas estupideces Ethan, de ser mi hija, no estaría perdiendo el tiempo contigo teniéndola a ella —de repente siento un alivio al saber que no es su hija.

—Dijo que vino ayudar —repito las palabras de Nyari.

—Ese es el plan —¿Plan? ¿De qué plan está hablando?— queramos o no admitir, la necesitamos, es la única que puede quitar del camino a Nicolás Romanov, quién sigue presionando con la muerte de su unigénita, Atharah Romanov.

—¿La rusa que murió hace años a las afueras de Londres?

—Sí.

—¿Qué tiene que ver Nyari Novalie en todo esto?

—Más de lo que puedes llegar a imaginar, en esa época existían acuerdos y la muerte de Atharah, rompió muchos, causando la mayoría de los conflictos actuales.