CAPÍTULO 10
Nyari
Despierto en medio de la madrugada, con la misma pesadilla de siempre, salgo de la cama, hago un poco de ejercicio tratando de cansarme, es inútil, tengo demasiada energía para conciliar el sueño.
Salgo al balcón sintiendo la briza en mi rostro, miro hacia arriba, está el balcón de Ethan, no quiero estar sola, así que, como puedo subo por el barandal llegando a su piso. La ventana corrediza está entre abierta, entro de puntitas, sin hacer ningún ruido, está dormido con el brazo cubriéndole los ojos, dudo antes de entrar a la cama, debo estar loca, hace rato discutí con él y ahora me encuentro en su habitación, levanto la sábana despacio y entro lentamente y despacio...—¿Qué estás haciendo? —habla Ethan, mirándome, doy un brinco del susto.
—¡Me asustaste imbécil! —pongo la palma de mi mano en mi pecho— finge que no estoy aquí —digo y entro por completo cubriéndome con la sábana cerrando los ojos, ignorando mis acciones.
—Pregunté ¿Qué carajo crees que estás haciendo en mi cama? —se sienta en la cama y me quita la sábana de encima.
—No puedo dormir —confieso abriendo los ojos.
—¿Qué culpa tengo yo, de que la señorita, no pueda quedarse dormida?
—Ninguna —me siento sobre la cama— hagamos un trato, tú te mantienes en tu lado de la cama y yo en el mío —le quito la sábana recostándome y volviéndome a cubrir.
—¿Por qué tendría que compartir mi cama con una lunática? —vuelve a quitarme la sábana de golpe.
—Yo la compartí contigo ayer, hoy es tu turno —me mira confundido— solo hoy, mañana ya veo que hago con mi problema para dormir.
—Fuera de mi cama o atente a las consecuencias —estipula.
—¿Qué me harás? —lo miró fijamente y el hace lo mismo bajando la mirada al escote de mi pijama provocando que, me cubra con los brazos.
—Largo, no lo diré de nuevo —vuelve amenazar y lo ignoro volviéndome acostar, acto que provoca que, con sus pies me empuje fuera de la cama.
—¡No seas imbécil! —grito molesta, intento sostenerme de algo, no logrando evitar terminar en el suelo recibiendo un golpe en la cadera— auch —llevo ambas manos al lugar dónde recibí el golpe.
—Te dije que lo hicieras por ti misma, no quisiste, ahí las consecuencias —me observa desde la cama.
—¡Eres un idiota! —me levanto molesta del suelo—, por esa razón no le agradas a nadie.
—No me importa, largo de mi casa —me dirijo a la puerta.
—¿Qué haces? Vete por dónde entraste —señala la ventana corrediza o puerta como sea que se le diga.
—No hablas en serio —miro el balcón— ¡Y si me mato al bajar!
—Eso lo hubieras pensado antes de subir.
—Tienes razón, en qué estaba pensando al venir aquí —salgo al balcón miro la altura, sin duda el no dormir hace que haga estupideces, esta super alto, si por casualidad resbalo, una muerte si es segura.
—¿Qué esperas? —dice recargado por un costado del cristal con los brazos cruzados. Ignoro el hecho en el que está en bóxer.
—Ya voy, no lo ves —me coloco por fuera del balcón, primero un pie, luego el otro con los latidos del corazón a todo lo que da, me tiemblan las piernas, brazos, agregando el dolor de mi cadera por la caída. Me deslizo con cuidado, bajo poco a poco sin prisa, no quiero morir, llego a mi balcón, cruzo del otro lado dejándome caer en el piso llena de alivio.
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Nyari: El Imperio Caído
RomanceHay momentos en los que las personas se aman con locura y pasión desenfrenada, incluso se dice que nacemos con un hilo rojo, que no importa que se enrede, tuerza o jale, este no podrá romperse, no importa el tiempo que pase, no cambiara nada, pero ¿...