CAPÍTULO 54

4.5K 281 135
                                    

CAPÍTULO 54

Ethan

—Ethan ¿Qué haces? —escucho la voz de Nyari a mi espalda, guardo la nota— ¿Sucede algo?

—Nada —giro a mirarla.

—Ven a ducharte conmigo —observo a Nyari se ha desvestido por completo—, Ethan —vuelve a decir. Me acerco a ella— ¿Pasa algo? —cuestiona mirándome.

—Pasa que yo, debía quitarte la ropa —mascullo colocando mis manos en sus caderas

—Te lo perdiste por tardar tanto en venir a mí —beso sus labios. Me quito la ropa con ayuda de Nyari.

—¿Seguro qué no ocurre nada? —menciona Nyari, me mira analizándome.

—Relájate —expreso.

—Yo estoy relajada, pero tú, parece que viste algo que no querías ver.

—Estoy bien —afirmo.

—Ethan.

—Te escucho.

—Algo pasa ¿no es así? —menciona acariciando mi mejilla. No respondo, simplemente beso sus labios—, Ethan —dice contra mis besos.

—No quiero hablar.

—Bien —coloco mis manos en su cintura y la subo sobre la mía—, es solo ducharnos, de acuerdo.

—No puedes condicionar eso —musito.

—¿Por qué no? —articula ella.

—Verte de esta forma y no tener sexo, es una tortura.

—¿Te torturo? —inquiere con una sonrisa maliciosa.

—Y lo disfrutas —mascullo y ella sonríe.

—De acuerdo, no será solo una ducha.

Sonrío por sus palabras, mi boca no se separa de la suya.

Mi mano recorre su muslo, ella misma hace que mi falo entre en ella, la embisto, una y otra vez.

—Esto es una verdadera ducha —menciono con voz agitada en su oído.

—Esto, en definitiva —remarca ella—, no es una ducha.

Se ha vuelto necesario follar en la ducha y no solo por mí, también para ella.

Ella llega al clímax y a los segundos lo hago yo.

Ella me sonríe y terminamos de ducharnos.

Salimos de la duche, Nyari se coloca una de mis playeras color blanco. Dejo que lo haga, en ocasiones sustituye su pijama por mi ropa.

—Seca tu cabello —ordeno y ella hace muecas, no le gusta hacerlo.

Avanza a secar su cabello, hablando entre dientes, es tan graciosa, con ella nunca se acaba la diversión. Me pongo un bóxer, entro a la cama y la observo.

Vuelve y me mira molesta, ya ha secado su cabello, entra a la cama y hago que se acurruque a mi lado.

—No quiero —la abrazo.

—Yo sí —mascullo y deja que la abrace.

Está cansada y se queda dormida a los minutos. Trato de dormir, sigo pensando en la nota, miro a Nyari y un sinfín de preguntan vuelven a mi cabeza.

Suena el timbre del departamento, no quiero abrir, pero insisten, esto es una jodida molestia. Me muevo con cuidado, para no despertar a Nyari, salgo de la cama y salgo a abrir la puerta.

Nyari: El Imperio CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora