CAPÍTULO 42
Nyari
Despierto e Ethan sigue dormido, se quedó despierto toda la noche el día que me desmaye, no entiendo por qué lo hizo, no tenía la responsabilidad de hacerlo.
Me inclino un poco y beso sus labios, miro hacia el balcón y es la primera vez que no permite que la luz entre.
Mi móvil suena, es Martha con un mensaje. "Te veo en tu departamento".
Significa que vine para acá. Salgo de la cama.
Ethan no mencionó que fue lo que hablaron con Edel, pero sé que Edel me lo dirá.
Recorro la cortina, una luz me lastima los ojos. Es Denzel, seguramente quiere hablar, mejor dicho, reprenderme.
Bajo a mi piso y en la caja fuerte saco el dispositivo con el que me mantengo en contacto con él. Es cierto que en ocasiones uso mi móvil, pero es más seguro hacerlo con el de la caja fuerte.
—Eres muy irresponsable —era de esperarse— ¿Desde cuándo Nyari?
—Tres meses —confieso—, hace tres meses que no uso las vitaminas.
—No puedes dejarlas.
—No lo haré —pregunto—, ¿Cómo lo supo Ethan?
—Era que él lo hiciera, o yo, y supongo que no es momento para que me acerque.
—Supe lo que hiciste cuando me desmayé.
—No podía permitir que se te acercaran a menos de que estuviera seguro que nada te pasaría.
—No te preocupes por mí, estoy bien, volveré a usar las vitaminas.
—Más te vale hacerlo —advierte y suena el timbre.
—Martha llegó, hablamos luego —cuelgo la llamada. Por suerte, de lo contrario, seguiría con la reprimenda.
Mi habitación necesita reparaciones urgentemente.
Salgo de la habitación y abro la puerta, Martha me mira y está molesta.
—¿Por qué te fuiste? —habla mirándome fijamente.
—Estaba cansada.
—Y no podías descansar en casa —entra y no respondo.
—Soy anémica —digo para que no haga ideas como su hijo.
—Eso supuse —dice molesta, pero sé que esa molestia es porque estaba angustiada, respira y agrega—. Vamos a organizarte una dieta estricta —menciona.
—Tengo una —que no la siga es diferente.
—Quiero ayudar —expone.
—Sé que sí, Martha.
—¿Por qué no me dejas? —no es molestia lo que veo en su rostro, sino preocupación.
—No es tu responsabilidad, no eres mi ma...
—Basta —sujeta mis hombros—, no pretendo serlo, aun así, tu salud es lo más importante.
—Tengo una vida y es difícil cambiarla.
—No pido que lo hagas, no quiero que cambies, únicamente que me incluyas, eso es todo, quiero ser parte de tu vida —expresa con sinceridad.
—Ese es el problema —revelo—, es difícil dejar que las personas entren —me mira con tanta dulzura, sus brazos me envuelven, al principio no quiero corresponder, pero se siente tan bien un abrazo de su parte que termino abrazándola también.
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Nyari: El Imperio Caído
RomanceHay momentos en los que las personas se aman con locura y pasión desenfrenada, incluso se dice que nacemos con un hilo rojo, que no importa que se enrede, tuerza o jale, este no podrá romperse, no importa el tiempo que pase, no cambiara nada, pero ¿...