CAPÍTULO 13
Nyari
Hijo de puta... Hoy no es día de ir al comando ¿Cómo se atreve a romper mi rutina?
—¡Un milagro ha ocurrido! ¡un milagro! —habla con exageración el capitán Dilan—, no me digas ¿te enteraste de qué el coronel, regresó al comando y te dignaste a venir en viernes? —si supiera que estoy enterada mucho antes que él.
—No es divertido —avanzo con mi termo en la mano.
—Lo mejor sería que no hubieras venido, mira —estira la mano a un extremo del pasillo por el que avanzamos, su mano se moja con la lluvia— hoy amaneció con un hermoso sol, llegas tú, y el clima termina en tormenta.
—¿Cómo va el entrenamiento? —ataco su comentario, le molesta que yo sea quién le da órdenes, cuando él es el capitán— ¿mis soldados se portaron bien?
—Nyari... —cruzo la puerta dejándolo al otro lado, puede leer mis labios ya que el material es casi transparente.
—El que se enoja primero, pierde, capitán —le mando un beso— y soy la teniente —me doy la media vuelta para avanzar y me intercepta la secretaria de Ethan.
—Teniente, el coronel, solicitó que cuando llegara, fuera de inmediato a su oficina.
—¿Ahora qué quiere el imbécil? —se sorprende la secretaria. Mierda ¿lo pensé o lo dije? Efectivamente lo dije— me refería a otro imbécil —¿Qué estoy diciendo? Aclaro mi garganta—, iré de inmediato —definitivamente venir en viernes, me descompone, avanzo por los pasillos hasta la oficina de Ethan, la secretaria, abre la puerta vuelve a cerrarla de prisa tornando su rostro como jitomate.
—¿Pasa algo? —indago ante su actitud tan repentina.
—Será mejor que espere, el coronel, en este momento está muy ocupado —dice un poco apenada.
—¿Ocupado? No que quería verme con urgencia.
—Si, pero en este momento está con la teniente Sonia... —no dejo que termine la oración.
—Ya, comprendo, a esperar entonces —me alejo unos pasos, no muy lejos recargo, ambos codos en el filo del barandal, escucho los mensajes de voz, dejó mi buzón saturado.
—Joder, cuanta insistencia "1. Perdóname no sé qué estaba pensando.... 2. Lo siento.... 6. ¿Dónde estás?...
Doy un sorbo a lo que contiene mi termo.
9. Te extraño... 11. Nyari, ¿Cuántas veces debo disculparme?... 13. Sé que lo jodi... 15. Soy consciente, de que, te lastime, por favor perdóname 16... Hablemos por favor, necesito explicarte como fueron las cosas en realidad 17. No debí dejarte sola ese día, no tienes idea de cuanto lo lamento...
—Cuanto arrepentimiento —habla cerca de mi oído, roza mi espalda con su pecho.
—Joder, Ethan, me asustaste —escondo el termo, volteo a encararlo— ¿Hace cuánto estás escuchando?
—¿Ethan? —enarca una ceja.
—Coronel, ¿Hace cuánto escucha a escondidas? —no responde.
—¿El uniforme lo redujiste a cenizas o qué? —miro mi atuendo, botas, jeans y chaqueta de cuero.
—Sinceramente, ni idea dónde se escondió, quizás le salieron patas y se fue corriendo —confieso, no recuerdo dónde está y tampoco quiero saberlo.
—Seguramente el verte lo asustó —de mi asustado, es comprensible— ¿es café? —se acerca acorralándome en el barandal.
—¿Qué cosa? —su mirada indica el termo que escondo en mi espalda— ah ¿te refieres a si lo que, mi termo contiene es café? No de hecho es te... —no me deja terminar, me lo arrebata dando un sorbo grande.
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Nyari: El Imperio Caído
RomanceHay momentos en los que las personas se aman con locura y pasión desenfrenada, incluso se dice que nacemos con un hilo rojo, que no importa que se enrede, tuerza o jale, este no podrá romperse, no importa el tiempo que pase, no cambiara nada, pero ¿...