CAPÍTULO 50
Ethan
Nyari duerme en mi cama, está a unos centímetros de mí, me alejó unos centímetros de ella, pasan unos minutos y ella, se acerca, se ve tan tierna, inocente e inofensiva. Quiero probar algo. Vuelvo a alejarme de ella, Nyari sigue dormida.
Pasa un tiempo y ella vuelve a acercarse. Es como si buscase mi calor de forma inconsciente. Sigue dormida, pero su cuerpo me busca.
Me alejó, pasan unos minutos, ella abre los ojos y yo los cierro fingiendo dormir, siento como se acerca, su mano, queda en mi pecho, me muevo y su mano deja de tocarme. Mantengo los ojos cerrados, ella opta por sujetar mi mano, espero unos segundos, quito mi mano que ella sostiene y coloco mi mano en mi pecho, siento su mirada sobre mí. Me mira por unos segundos y se aleja unos centímetros.
Se aleja un poco más, lo sé por el movimiento leve de la cama, abro los ojos y ella, permanece de medio lado, dándome la espalda. Se mueve con la intención de salir de la cama, le abrazo por la espalda.
—¿A dónde vas? —mi mano la envuelve de la cintura.
—Fuera de la cama —responde.
—¿Por qué? —cuestiono.
—Creo que he invadido tu espacio demasiado —revela y me sorprende que lo diga.
—¿Qué? —digo y ella gira para mirarme.
—Digo —arregla—, que tal vez te sientes asfixiado porque invadí tu espacio personal —sonrío— ¿Por qué sonríes? —inquiere mirándome levemente molesta.
—Por nada —respondo.
—Lo digo de verdad, tú, no lo crees.
—Duerme y ni pienses en salir de la cama —sujeto su cuerpo con más fuerza.
—Pero, no sientes que yo he in...
—Duerme —beso sus labios. Ella me mira—. Abrázame —exijo, ella quería hacerlo hace un momento.
—Se me quitaron las ganas —masculla orgullosa.
—¡En serio! —arqueo una ceja.
—Quería hacerlo hace unos minutos, pero ahora...
—Ya no quieres —completo.
—Págame y lo haré —dice ella con seriedad, eso ni ella misma se lo cree.
—¿Quieres cobrarme por un abrazo? —inquiero.
—Sí.
—¿Cuál es el precio? —mascullo, abre la boca para responder.
—Un beso por un abrazo —sonrío por lo que dice.
—Solo eso —menciono viéndola fijamente.
—No es mucho para ti o sí —sigue mirándome.
—Un beso ¿cierto? —menciono cerca de su rostro.
—Sí —responde, me acerco y beso sus labios, dejo de besarla y sus brazos me envuelven.
—¿Es incómodo? —pregunta.
—¿Hablamos de?
—Cuándo tenemos sexo y tú —se sonroja.
—Yo, ¿Qué? —la miro.
—Tú —balbucea y no entiendo.
—Habla claro que no logro entender —se aclara la garganta y habla rápido.
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Nyari: El Imperio Caído
RomanceHay momentos en los que las personas se aman con locura y pasión desenfrenada, incluso se dice que nacemos con un hilo rojo, que no importa que se enrede, tuerza o jale, este no podrá romperse, no importa el tiempo que pase, no cambiara nada, pero ¿...