CAPÍTULO 31

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CAPÍTULO 31

Nyari

El traje está con Sonia. Ello no es una buena noticia.

—No hay que sacar conclusiones apresuradas —Maya, se levanta del suelo— aún no lo sabemos con certeza —camina de un lado al otro.

—Esto es malo ¿cierto? —gira a verme.

—Lo destruiré, no habrá evidencia y sin evidencia, no hay crimen o delito cometido —que el traje esté en sus manos, no me afecta, Ethan, sabe que existe, lo que no sabe es un pequeño detalle y es que "produzco armas en su territorio".

—De acuerdo.

—¿Qué pasa si la familia Morrison ya lo sabe? —me coloco de pie.

—Lo dudo —afirmo— Ethan, está en mi habitación —le sujeto ambos hombros—. Vamos a actuar con naturalidad como de costumbre, voy a tratar de recuperar el traje y si no puedo, lo destruiré —digo para tranquilizarla.

—Okey —trata de calmarse—. ¿Quieres que detenga la producción del armamento?

—No —no haré cambios por este incidente. Lo voy a resolver y todo seguirá su curso cómo está planeado.

—¿Segura? —pregunta.

—Sí, lo vamos a resolver, por lo pronto, guarda todo, cámbiate y te veo para desayunar.

—Bien —asiente, salgo de su habitación. Entro a la mía con naturalidad.

—Buenos días —Ethan dice abrazándome por la espalda. Besa mi cuello.

—Buenos días —giro para verlo y besa mis labios— Vamos a desayunar —propongo dándome la vuelta para mirarlo. Lo único que trae puesto es el bóxer. Coloco ambas manos en su cintura.

—Hagámoslo en el comando —indica.

—Sabes que no c...

—Comes nada que prepare alguien de confianza —expresa—. Deja por un día tu desconfianza y disfruta algo que no sea lo que prepara tu amiga.

—¡Algún problema con el guiso de mi amiga! —sonrío.

—No, pero —determina—, desayunemos en el comando.

—Bien, hagámoslo en el comando —no discuto, se cambia, hago lo mismo.

Ambos salimos del edificio y en el auto pregunta.

—¿Qué tan familiarizada estás con las creaciones de tu madre? —no me sorprende su pregunta, de hecho, estaba esperando que lo hiciera.

—Se más específico —hay muchas creaciones de mi madre, que andan rondando por el mundo.

—Te lo mostraré —dice.

Llegamos al comando, tomamos uno de los pasillos secretos, memorizo que camino toma, cuantas veces gira, lo grabo todo en mi cabeza. Se despliega del muro un panel, ingresa su huella y la pared se desliza a la izquierda dándonos paso a la sala...

—¿Qué es este lugar? —pregunto analizando todo a detalle.

—El panel central del comando —responde. Este lugar, no estaba en los planos que me fueron entregados.

—¿Qué hacemos aquí exactamente? —indago.

—Inténtalo —estira su brazo con la memoria en mano en dirección mía.

—¿Yo? —pongo mi índice en mi pecho, asiente y añado— no bromeabas cuándo lo dijiste ese día en tu oficina.

—Hazlo —incita que tome asiento.

Nyari: El Imperio CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora