Nyari: El Imperio Caído

CAPÍTULO 32

CAPÍTULO 32

Nyari

—No pueden dejarme tranquila por una vez —saco mi arma. Los rusos, me están cansando. Ethan, tuvo que frenar, nos tienen rodeados. Están tanto al frente, como atrás de nuestra posición. Ethan, no tenía por qué ver el color de mis ojos, otro jodido problema.

Los rusos, bajan de sus autos. Les observo y me sorprende que Samir, no esté entre ellos. Quiero abrir la puerta...

—¿Qué haces? —Ethan, detiene mi acción.

—Hablar, como las personas civilizadas —respondo.

—Los rusos, no son civilizados y tú tampoco —comenta un tanto con ironía.

—Tienes razón, pero, si no bajo, dañarán a Maximus —acaricio el auto...

—Es solo un auto y tiene el mejor blindaje —refuta y no me permite bajar, de un momento a otro, los rusos, vuelven a subir a las camionetas, no dicen ni una palabra, tampoco nos atacan ¿Qué está pasando? Esto no está bien, algo no está nada bien.

—Se fueron —informa Ethan, quito su mano de mi brazo y bajo del auto. Él, hace lo mismo.

—¡Qué mierda! —estoy sumamente sorprendida por lo que ha sucedido, esto jamás había pasado, siempre me atacan o intimidan, pero, hoy no lo han hecho. Observo a mi alrededor, no hay nada, el sol, se ha ocultado por completo.

—Vuelve al auto —ordena Ethan, le ignoro— entra —vuelve a establecer. Lo veo y hago lo que dice.

—Esto, está mal —murmullo.

—¿Por qué? —cuestiona.

—Es lo que también quiero saber —no hablamos en todo el camino de vuelta a nuestro edificio. Entramos en el ascensor de un instante a otro Ethan, sujeta mi brazo.

—¿Cuál es tu jodido problema? —pega mi cuerpo al muro. Parece molesto.

—¿De qué hablas? —forcejeo con él. Me confunde su actitud.

—¿Cuál es el motivo de tu molestia hacia mí? —suelta un tanto irritado.

—No estoy molesta contigo —rebato. Su pregunta causa en mí, un tanto de desconcierto.

—¿Segura? —cuestiona, deja de ejercer fuerza poco a poco. Pero sus ojos siguen denotando molestia.

—Por supuesto, no tengo ningún motivo para estar molesta contigo —esclarezco.

—Pero, algo te está molestado —mira mis ojos, y por alguna razón bajo la mirada, recuerdo que vio su color natural— mírame —sujeta mi babilla inclinándola hacia arriba, le miro a los ojos y pregunta— ¿Qué es lo que te molesta? ¡Hum! —analiza todo en mí, que lo haga no me agrada. No me gusta.

—No tiene que ver contigo —respondo.

—¿Entonces? —interroga y aparto su mano de mi barbilla, pego mi frente a su pecho, cierro los ojos y guardo silencio por un tiempo. Él no hace ningún movimiento permite que permanezca en esa posición.

El ascensor se abre en mi piso...

—Estoy cansándome de todo —confieso, despego mi frente de su pecho, lo miro a los ojos y digo— mi paciencia está llegando a su límite y si por alguna razón, lo sobrepasa, nada bueno resultará de ello —doy media vuelta para salir... Ethan, sujeta mi brazo, no emite palabra alguna, simplemente une sus labios a los míos. Un beso suave y largo.

—No tienes por qué sentirte casada —comenta con seriedad—, todo va a mejorar, ve a dormir, mañana debes hacer acto de presencia en el comando.

—Yo...