CAPÍTULO 38

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CAPÍTULO 38

Nyari

Esta mañana desperté y acorde con Ethan que cada quien llegará al comando por su parte. Lo que ocurrió ayer me tiene pensando, Nicolás es muy astuto, debo saber qué información tiene para neutralizarlo.

—Tratabas de sabotear mi operativo —Sonia se me atraviesa de repente—, estabas molesta porque Ethan me dio la confianza a mí y no a ti.

—Tus conjeturas son irracionales —trato de avanzar.

—Claro que no, deseabas que no tuviera éxito, así como, no quieres activar el sistema.

—Alucinas —vuelve a cerrarme el paso.

—Lo sabía —dice jactante—, una vez en tus manos, harías todo lo posible para evitar que manejemos el sistema.

—¿Manejemos? —digo sonriente—, Tú no tienes nada que ver con el sistema, la familia Morrison si, no desees, lo que no puedes obtener.

—La señora Martha, Elliot, Ethan y mi familia, son uno mismo.

—Mientras Martha, Elliot o Ethan, me digan que lo son, lo tomaré en cuenta, si no lo hacen, tus reclamos son infundados.

—Solo porque eres una Romanov, no significa que te debemos respeto.

—No te lo estoy pidiendo.

—Tu madre...

—Cuidado con lo que sale de tu boca.

—No te tengo miedo.

—No quiero que lo tengas, pero no me provoques.

—La familia Morrison, se dará cuenta tarde o temprano de que no eres un aliado, solo ves por tú propio interés.

—Voy a darte un pequeño dato interesante —susurro en su oído— ellos, lo saben.

—Mientes, jamás lo aceptarían, sé que un día van a lamentar haber abierto las puertas para ti.

—¿Cuándo? —pregunto para subir el nivel de enojo en su sangre aún más.

—El día que traigas el caos a Londres.

—No habrás caos, si no hay errores.

—Los soldados, no te importan.

—En cada batalla, siempre hay pérdidas y los soldados son quienes lamentablemente pagan el precio.

—¿Cómo puedes hablar de ese modo? —se enfada.

—Es la realidad, pero mis solados, no morirán en vano.

—¿Qué mierda tuviste que haber vivido para ser tan insensible?

—¿Miedo? —le provoco.

—Jamás —argumenta—, Eres una persona que no vale la pena.

—Si no lo valgo la pena ¿Qué haces aquí diciendo tantas tonterías? —se le sube el coraje a la cabeza.

—No hubo ataques por parte de Nicolás hasta que tú apareciste ¿Cómo explicas eso?

—Fácil, soy una mujer de gran valor, por ello no te atacan a ti —se enfada.

—Tú...

—Deja de hacer coraje, céntrate en tus asuntos y deja de estar cuidando los míos.

—No dejaré que destruyas el comando.

—No te metas en mi camino Sonia —advierto—, estoy siendo tolerante contigo, ello no significa que lo seré siempre.

—Me estás amenazando.

Nyari: El Imperio CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora