CAPÍTULO 12

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CAPÍTULO 12

Nyari

No he tenido contacto, con Ethan, desde que me dejó en mi departamento hace ya varios días, escuché que tiene problemas constantes, ataques en Polonia y Bulgaria, se fue por unos días mientras yo entreno a los soldados, hoy fue la segunda evaluación, obtuvimos el segundo mejor puntaje, Sonia, lleva la delantera, puntaje que me tiene sin cuidado.

Dilan, ya se recuperó, pasamos tiempo juntos evaluando a los sargentos, sus métodos, son muy distintos a los míos y su actitud me desespera. Saul, se disculpó conmigo por su comportamiento en días pasados, aunque yo, no le di mucha importancia.

—El coronel, debe estar muy contento y orgulloso, Sonia —comenta, Ximena, en el comedor— ¿Hablaste con él? ¿Es quién te ha estado aconsejando? Por esa razón llevas la delantera.

—Ximena, si lo dices de esa forma alguien podría malinterpretarlo —dice, Sonia, queriendo ser recatada—, es cierto que el coronel, y yo nos llevamos bien, asimismo que nuestras familias son muy unidas, es normal que me aconseje y quiera lo mejor para mí.

—Par de mojigatas —dice, Sam, desquitando su enojo con la comida.

—¿No comerás nada? —pregunta, Saul, al ver que me levanto de la mesa sin haber probado bocado.

—No me apetece la comida —me alejo del comedor. Camino por el pasillo.

—Te irás temprano, como ayer, el día anterior y toda la semana —habla, el capitán Dilan, bloqueándome el paso, lo admito, mientras más lejos del comando más seguras las personas en él.

—Capitán Dilan, con todo el respeto del mundo, quítese de mi camino que estorba —doy un paso a la derecha, él, hace lo mismo bloqueando mi paso

—¡Qué carácter el tuyo! —se burla.

—Disfrutaba más de su compañía antes de mandarlo al hospital —intento sonar amable.

—No pasábamos tiempo juntos antes de eso —suena confundido.

—Exacto —lo aparto del camino, me toma del brazo hablando en voz baja asegurándose que nadie escuche.

—Nyari, entiendo que no quieres que nadie se entere, aun así, tomándome el atrevimiento, quisiera que mis padres estuvieran al tanto de tu existencia, así  como de tu regreso.

—Capitán, en el comando soy la teniente —me zafo de su agarre añadiendo con sarcasmo— ¡Y en la vida todos quieren algo! Lo consultaré con la almohada, haber, que me dice al respecto —trato de avanzar.

—Me disculpo si mi petición te incómoda —sus palabras hacen, que me devuelva, tiene la mirada en el suelo.

—Si vas a disculparte ¿Por qué pedirlo en un principio? —cambio a un tono informal, mantengo la calma sin alterarme hablo tranquila—, Dilan, no me incómoda el tema en lo absoluto, hablo en serio, lo que sí, son las peticiones, el que las personas quieran algo de mí, me molesta, aunque sabes, hay algo que me irrita todavía más y es que se victimicen, tu actitud hacia mí, cambió, desde que sabes el linaje al que pertenezco, comienzo a pensar que no estabas listo para conocer y estar al tanto de dicha noticia.

—Yo...

—No me interrumpas, admití que tu familia no falló de un todo, no comprendo ¿Por qué? los Morrison, degradaron a ese nivel el apellido Mayer. Tampoco sé qué clase de relación tengas en este momento, con Ethan, si son amigos o no, si eres sincero con tu amistad o no —menciono eso porque, Sam, dijo que, Dilan y Ethan, a pesar de la relación de sus familias, ellos pasaban tiempo juntos—, ten algo muy claro, en esa época éramos unos niños. Ethan, no es responsable de las decisiones de sus padres, tampoco tú de las fallas o no cometidas por tu familia, no vengas con esta actitud a mí, que simpatía, es algo de lo que carezco, en ningún momento te reproché, culpé o eché en cara su muerte ¿o sí?

Nyari: El Imperio CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora