CAPÍTULO 19
Nyari
Estamos en la cama cuando de la nada, Ethan, se levanta apuntando con su arma al pie de la cama.
—No dispares, no dispares, vengo en son de paz.
—¿Qué pasa? —me incorporo adormilada tallándome los ojos, cubriendo mi desnudes con la sábana.
—Soy amigo, no enemigo —dice el sujeto al pie de la cama.
—¿Maya? —digo al reconocer la voz de la mujer, que permanece al pie de la cama, con los brazos arriba, es de tez blanca, ojos verdes, cabello castaño claro ondulado al nivel de la espalda. Está vestida completamente de negro, según ella, es su uniforme de espía, otra forma de decirle a su disfraz.
—¿Nyari? —masculla un tanto perpleja.
—¿La conoces? —pregunta, Ethan, aun a la defensiva.
—No jodas —dice en un hilo mi amiga— creí que me había equivocado de habitación —se deja caer al suelo— peor aún, de edificio —alza la voz— ¿Qué tal si algo me hubiera pasado? —hago, que Ethan, baje el arma que sostiene indicándole con la mirada que todo está bien. Estiro mi brazo y enciendo la luz de la lampara.
—¿Qué haces aquí? —pregunto hacia Maya, quién sigue dramatizando en el suelo.
—Sabes, creí que había entrado a la recamara de un matrimonio, dije ¡oh no! ¡la mujer pensará que soy una amante! queriendo hacer una escena intentaría matarme —sus dos manos tocan su pecho con drama.
—¿Por qué pensaría que eres la amante? —cuestiono.
—No lo sé —justifica— no soy la esposa.
—¿Y por qué una y no la amante? ¿Pues cuántas tiene?
—¡Ay! no sé —abre los ojos con exageración y se lleva las manos a la boca— ¡Qué promiscuo nos salió!
—Si hipotéticamente hubiera pasado —aclaro— que no pasó, pensarían que eres una loca maniática que quiere robarles, dañarlos o matarlos, no que vienes a pelear por un hombre —digo con obviedad.
—Tú no sabes lo que la gente puede llegar hacer o pensar —finge que le dan escalofríos haciéndome reír. Ella, logra eso en mí, no tengo idea de por qué hablamos de ello, no es más que una tontería absurda.
—Créeme, sé de lo que son capaces —digo saliendo de la cama, quito de encima la sábana, me cubro con la bata amarrando las cintas a mi cintura mientras, Ethan, me mira más que extrañado, confundido, perplejo y de más— vístete —le arrojo su pantalón, enciendo la luz iluminando toda la habitación.
—¿Cómo entraste? —sigue en el suelo fingiendo un susto de muerte, es tan dramática.
—¡Creí que moriría! —me ignora y parlotea sola, colocando el dorso de su mano en la frente simulando que sufrirá un desmayo, es tan graciosa.
—No seas dramática y levántate —se indigna.
—¡No soy dramática! —baja la mano— además, si lo fuera sería porque lo aprendí de ti.
—Ahora resulta, que yo, soy la causante y todo es mi culpa —contesto ofendida poniendo las manos en mi pecho.
—La realidad es, que eres rara —la miro enarcando una ceja, me acerco a donde yace y agrega— en el buen sentido claro, no obstante, en el malo también —muevo la cabeza en negación, no puedo creer que esta mujer frente a mí, sea mi mejor amiga, un momento... Analizo lo que pasa. Maya, desvió el tema y solo hay una razón por la cual lo hace...
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Nyari: El Imperio Caído
RomanceHay momentos en los que las personas se aman con locura y pasión desenfrenada, incluso se dice que nacemos con un hilo rojo, que no importa que se enrede, tuerza o jale, este no podrá romperse, no importa el tiempo que pase, no cambiara nada, pero ¿...