CAPÍTULO 49
Nyari
Despierto, ya es muy tarde, Ethan, no me despertó. Ya no se encuentra en la cama, elegimos dormir en mi departamento. Salgo de la cama para tomar una ducha, veo algo pasear por mi habitación muy atrevido. Es muy pequeño causándome mucha ternura.
Pensé que Ethan, se había marchado, pero estaba en el balcón, se acerca al ver que desperté.
—¿Qué es eso? —le digo a Ethan, señalando al pequeño individuo que se mueve por el suelo.
—Es tuyo —afirma Ethan y habla del pequeño cachorro.
—¿Mío? —mi voz sale en un tono, un tanto confundida.
—Sí —reafirma y me inclino a ver al cachorro y este mueve su colita y lame mi mano. Es un hermoso cachorro, es de la raza husky, el color de su pelaje es blanco, parece un delicioso algodón de azúcar, es tan tierno, me encanta. Lo sujeto en brazos y hablo en dirección a Ethan.
—Y la parejita ¿Dónde está? —reviso al hombre frente a mí y no trae otro cachorro— ¿Cómo se supone que tendré más cachorros?
Ethan tira a reír.
—¿Por qué te ríes? —me enfado—, ¿Qué te parece gracioso?
—De verdad eres una mujer única —dice y besa mis labios.
—¡En serio no traes contigo la parejita de mi cachorro! —reviso su ropa.
—Dragona —dice—, no va a aparecer otro en mi chaqueta por arte de magia. No hagas pucheros —sujeta mi mejilla—, Deja de estar de mal humor, no es tu cabra, pero es un nuevo integrante a la familia —sonrío por lo que dice. Los ojos me brillan de sostener el pequeño cachorro en mis brazos. —Es hermoso.
—¿Te gusta tu obsequio? —me abraza por la espalda y murmura en mi oído.
—Me encanta, pero... —digo y gira mi cuerpo para que lo mire.
—Pero ¿Qué? —tensa la mandíbula.
—Ya no nombraré a nadie —sonríe y no entiendo.
—Lo haré yo, además tus nombres, son horrendos.
—¡Oye!
—Es la verdad —dice jactante.
—¡Maximus —recalco—, no se queja!
—¡Es un auto! —masculla y toma al cachorro con una mano, pero con delicadeza.
—¿Cómo lo nombrarás? —indago.
—No me presiones —responde mirando al pequeño.
—Solo quiero saber cómo se llamará —Ethan me sujeta de la cintura, mantiene una mano en mi cintura y la otra, sostenido al pequeño.
—Belenus —decide y me parece muy único el nombre. Ethan me mira— ¿Te gusta?
—Me encanta —beso sus labios. Sonríe y digo viendo al cachorro—, Tu nombre es Belenus —el pequeño, suelta un ladrido. Acaricio su pelaje, sigo sin creer que es un obsequio de parte de Ethan.
—Así es como deber ser —habla Ethan y no comprendo lo que dice.
—¿Hablas de? —deja que yo sostenga al cachorro.
—Tu sonrisa —musita muy cerca de mi rostro—, debes sonreír —pega su frente a la mía— y no llorar —inclina mi mentón, besa mis labios y lo abrazo sin dejar de sostener a mi cachorro, Ethan me abraza.
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Nyari: El Imperio Caído
RomanceHay momentos en los que las personas se aman con locura y pasión desenfrenada, incluso se dice que nacemos con un hilo rojo, que no importa que se enrede, tuerza o jale, este no podrá romperse, no importa el tiempo que pase, no cambiara nada, pero ¿...