My Slave App (+18) (Sonadow, Infirokie, Silvephiles, Scourgexfletxmanicxzonic)

Capítulo especial: viejo amor, nuevo amor parte 3

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Respiro profundo por la nariz exhalando de golpe mientras la música suena con fuerza en mi bocina.

—treinta, treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres— cuento las repeticiones hasta que la música se detiene gracias al sonido de mi alarma que indican que son las siete de la mañana.

Bajo las pesas y me limpio el sudor con una toalla, apago mi alarma y sigo mi rutina de la mañana.

Me doy una ducha caliente, me visto ahora más casual al no ir prácticamente a trabajar. Preparo y como mi desayuno junto a mi gato.

Hoy es domingo, el día que generalmente utilizo para otras actividades como la limpieza de mi hogar, las compras etc., pero esta vez lo utilizaré para otra cosa, pienso pasar el día con silver como visitante. Sé que recibiré un regaño por tal cosa, pero no quiero dejarlo solo ni un momento, no tiene a nadie más allí y su amigo azul aún no tiene permitido el ingreso, cosa que debo arreglar también, pero lo haré la otra semana.

Termino mi desayuno, limpio el desorden de mi cocina, tomo mis cosas y me despido de mi gato acariciando su espalda un poco.

Cierro y voy directo al hospital. Me siento un tanto emocionado el día de hoy. Como si presintiera que será un gran día.

—hola doctor— escucho a algunos quienes me miran de forma sorprendida al llegar, y creo que vi a un par de enfermeras algo sonrojadas.

—hoy no soy doctor— les digo tomando los papeles de visita, coloco mi nombre y hora de ingreso junto a mi firma como si fuera cualquier persona —solo vengo a ver al muchacho, me preocupa mucho—

—sí, lo sabemos doctor— dicen en coro las enfermeras mientras ríen leve

Ya sé quiénes son las que esparcen rumores.

Termino el registro y camino hacia la cocina donde la cocinera me mira y simplemente me da la bandeja sin que se la pida.

Se lo agradezco y me dirijo a la habitación de silver.

—buenos días— abro la puerta sin siquiera tocar

—buenos días doctor— responde a mi saludo

Se me queda viendo, pero su mirada es dura, realmente me está poniendo nervioso.

¿le molesta mi presencia? O ¿trata de ocultar lo que realmente siente?

Decido ignorar todo y me acerco dejando la comida en sus piernas.

—traje tu desayuno. Come todo por favor, hoy tendremos un día ocupado— solicito, mi meta de hoy es sacarlo a caminar ahora que he logrado que se alimente uno poco.

—¿que?—

—es domingo, no trabajo y pedí permiso de pasar el día contigo– su mirada es de desconcierto total ante lo que digo, supongo que no se lo esperaba, tampoco yo, es la primera vez que hago esto —sé que no es lo tradicional— observo a otro lado, realmente su mirada me tensa –pero debemos darte un baño, y debes salir, tus músculos se atrofian por la falta de movimiento— me acerco a retirarle el suero con cuidado de no lastimarlo.

—pero ¿por qué usted? ¿No sería mejor que lo hiciera el doctor de turno?— tiene un buen punto. Sin embargo, no quiero que otro doctor lo atienda, no en su estado.

—si, por eso pedí el permiso, quiero ser yo quien te acompañe en tu recuperación silver— aclaro, es una necesidad que aún no logro descifrar, solo la complazco –come un poco—

—no— su ceño se frunce un poco, se niega a comer. Esto es tan difícil. Suspiro tratando de pensar que hacer. Supongo que deberé ser más duro, es un adolecente, los adolescentes tienden a ser rebeldes ante las reglas porque buscan su independencia, cosa que apoyo, pero en este caso, no. Frunzo mi entre cejo y lo miro directamente, trato de doblegar esa rebeldía, es por su bien.