X- Daikuro

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Ruido, hay mucho ruido. se escuchan risas, gritos, aplausos y esto huele a... no huele bien, me recuerda al papá de Enoki cuando regresaba ebrio.

-Enoki a dónde nos trajiste, se veía todo tan tranquilo desde afuera- digo mientras me niego a abrir los ojos, quiero seguir durmiendo, me duele la cabeza...

-Oye linda ven conmigo, siéntate aquí y pórtate bien. ¿Sí?- gritó alguien, luego se escucharon risas y silbidos.

-Enoki, ¿dónde estamos?- dijo el Limón, pero cuando abrió los ojos descubrió que estaba sola, hacía frío y todo estaba oscuro.

-¡Pero qué carajo!- cuando el Limón reacciono intento levantarse, entonces notó que tengo estaba amarrada de manos y pies amarrados.

¡Maldito Kakashi! de seguro me descubrieron y ya me trajeron de regreso a Konoha y esto debe ser alguno de los trucos de Morino- pensó mientras intentaba zafarse de las ataduras sin éxito.

-¡Bien! Ustedes ganan. Ya desátenme. Lo siento Hatake, Shikaku... siento intentar salir sin avisarles. No estaba huyendo, pensaba regresar solo quería ver que llegarán bien y regresaría, lo juro- gritó pero nadie respondió a su llamado.

Vaya, quien diría que estos hombres tan 'honorables' deciden usar sus instalaciones durante las noches para este tipo de reuniones... ¿Estará Shikaku?, ¿ Shikamaru también vendrá a buscar a su papá aquí?,  pensó el Limón intentando tranquilizarse, hasta que recordó que casi logra reunirse Enoki, Atlas, Ioro y Kametzu.

-Mi familia- susurró y unas lágrimas brotaron por sus ojos, despúes de un rato se quedó dormida.

-Hey, levántate- dijo alguien tocando su espalda con el pie, al abrir los ojos ella descubrió que ya era de día pues unos rayos de sol entraban por algunos pequeños del techo

-Muñeca, apúrate, tengo resaca, no estoy de humor para repetir las cosas. Así que obedece o voy a terminar de acordarme que me hace falta amor y vas a tener que dármelo- en cuanto el Limón escuchó eso por fin se espabiló y descubrió que quien le hababla no era ningún shinobi, ni ese lugar era instalaciones de Konoha.

- Do-do-dónde estoy?!- dijo nerviosa al hombre que le hablaba, es un hombre de pelo negro y ojos oscuros, de unos 28 o 29 años, se ve cansado, toma una silla y se sienta en ella mientras se la queda viendo y se quita la camiseta.

-Y dime niña, ¿de dónde conoces al ninja que copia?- el hombre se levantó y caminó hacia a ella, la tomó del brazo y levantó de golpe, el Limón agachó la cabeza y apretó los dientes, al ver el brazo del hombre descubre que tiene marcas de quemaduras sobre lo que parece era un tatuaje ANBU

-Carajo, parece que también era ninja. Definitivamente estoy muerta.

-¿No te gustan mis cicatrices?, y siguen por mi espalda- dice mientras se gira y le muestra toda su espalda cubierta de cicatrices. El Limón por fin lo mira entre asustada y sorprendida.

-Me las hizo mi padre. Mi querido padre solo porque me negué a seguir con él... pero tú- dice mientras toca  la cara, brazos y alza la falda del Limón.

-¡Déjame!-  dijo mientras lo empujaba pero antes de lograr moverlo ella cayó al suelo. Eso no pareció importarle al hombre quien se agachó y la tomó de las manos.

- Vaya, no tienes marcas, ni cicatrices, pero tus manos no son suaves... ¿qué haces para vivir niña?, ¿todavía eres virgen?-

-¡Qué te pasa!- dijo el Limón mientras intentaba zafarse de nuevo.

-Mmmm, entonces sí- dijo burlón y tomó un mechón de su pelo para olerlo.

-Lástima. Tengo políticas muy claras-.

RefugiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora