Ruido, hay mucho ruido. se escuchan risas, gritos, aplausos y esto huele a... no huele bien, me recuerda al papá de Enoki cuando regresaba ebrio.
-Enoki a dónde nos trajiste, se veía todo tan tranquilo desde afuera- digo mientras me niego a abrir los ojos, quiero seguir durmiendo, me duele la cabeza...
-Oye linda ven conmigo, siéntate aquí y pórtate bien. ¿Sí?- gritó alguien, luego se escucharon risas y silbidos.
-Enoki, ¿dónde estamos?- dijo el Limón, pero cuando abrió los ojos descubrió que estaba sola, hacía frío y todo estaba oscuro.
-¡Pero qué carajo!- cuando el Limón reacciono intento levantarse, entonces notó que tengo estaba amarrada de manos y pies amarrados.
¡Maldito Kakashi! de seguro me descubrieron y ya me trajeron de regreso a Konoha y esto debe ser alguno de los trucos de Morino- pensó mientras intentaba zafarse de las ataduras sin éxito.
-¡Bien! Ustedes ganan. Ya desátenme. Lo siento Hatake, Shikaku... siento intentar salir sin avisarles. No estaba huyendo, pensaba regresar solo quería ver que llegarán bien y regresaría, lo juro- gritó pero nadie respondió a su llamado.
Vaya, quien diría que estos hombres tan 'honorables' deciden usar sus instalaciones durante las noches para este tipo de reuniones... ¿Estará Shikaku?, ¿ Shikamaru también vendrá a buscar a su papá aquí?, pensó el Limón intentando tranquilizarse, hasta que recordó que casi logra reunirse Enoki, Atlas, Ioro y Kametzu.
-Mi familia- susurró y unas lágrimas brotaron por sus ojos, despúes de un rato se quedó dormida.
-Hey, levántate- dijo alguien tocando su espalda con el pie, al abrir los ojos ella descubrió que ya era de día pues unos rayos de sol entraban por algunos pequeños del techo
-Muñeca, apúrate, tengo resaca, no estoy de humor para repetir las cosas. Así que obedece o voy a terminar de acordarme que me hace falta amor y vas a tener que dármelo- en cuanto el Limón escuchó eso por fin se espabiló y descubrió que quien le hababla no era ningún shinobi, ni ese lugar era instalaciones de Konoha.
- Do-do-dónde estoy?!- dijo nerviosa al hombre que le hablaba, es un hombre de pelo negro y ojos oscuros, de unos 28 o 29 años, se ve cansado, toma una silla y se sienta en ella mientras se la queda viendo y se quita la camiseta.
-Y dime niña, ¿de dónde conoces al ninja que copia?- el hombre se levantó y caminó hacia a ella, la tomó del brazo y levantó de golpe, el Limón agachó la cabeza y apretó los dientes, al ver el brazo del hombre descubre que tiene marcas de quemaduras sobre lo que parece era un tatuaje ANBU
-Carajo, parece que también era ninja. Definitivamente estoy muerta.
-¿No te gustan mis cicatrices?, y siguen por mi espalda- dice mientras se gira y le muestra toda su espalda cubierta de cicatrices. El Limón por fin lo mira entre asustada y sorprendida.
-Me las hizo mi padre. Mi querido padre solo porque me negué a seguir con él... pero tú- dice mientras toca la cara, brazos y alza la falda del Limón.
-¡Déjame!- dijo mientras lo empujaba pero antes de lograr moverlo ella cayó al suelo. Eso no pareció importarle al hombre quien se agachó y la tomó de las manos.
- Vaya, no tienes marcas, ni cicatrices, pero tus manos no son suaves... ¿qué haces para vivir niña?, ¿todavía eres virgen?-
-¡Qué te pasa!- dijo el Limón mientras intentaba zafarse de nuevo.
-Mmmm, entonces sí- dijo burlón y tomó un mechón de su pelo para olerlo.
-Lástima. Tengo políticas muy claras-.
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Refugiada
FanfictionUna chica que llegó siendo una niña a tierras de shinobis, sin ser nada, ni nadie, sin recordar nada, una chica que no tiene nada, ni siquiera suerte en el amor, descubre ese lado poco amable de los honorables ninjas, que -aunque lo niegan- sí les...