-¿Y?, ¿qué te parece?-
-No me gusta- dijo el Limón.
-¿Y esta?-
-¿En serio?, ya usé una así- dijo girando los ojos en señal de fastidio.
-Estás imposible, de verdad, eres imposible. Ahora entiendo porque te dejó tu
-Idiota- dijo al levantarse de la silla antes de tomar una peluca rubia lacia con fleco y salir de ahí, subir tres pisos y avanzar por el pasillo hasta la habitación del final, abrir con mucho cuidado y sonreír.
-Hola, hola hermosa. ¿cómo estás?- dijo mientras ponía la peluca en una silla y Kumo se levantaba corriendo, tirando los cubos con los que estaba jugando y estiraba sus manitas para que su madre la cargara y diera de besos.
-¿Lista para cenar?- dijo mientras la niña movía su cabeza afirmando.
-Muy bien- el Limón calentó algunas cosas que le preparó por la mañana, le dio de cenar, la baño y jugó con ella hasta que se quedó dormida, tras eso el Limón se dio una ducha, se colocó la peluca y antes de que terminara de maquillarse tocaron la puerta.
-Vaya y yo siempre pensé que mis gustos eran malos- dijo al ver que le dejaron disfraz de enfermera, tiene un escote enorme dejan ver sus tetas, parte de la espalda descubierta y la falda es tan corta que apenas y cubre su trasero, lo completa con una cofia, medias que llegan a sus muslos y tacones.
Se puso la peluca, ajustó la cofia, observó a su hija dormir tranquilamente y le dio un beso, cerró la puerta y bajó a la taberna donde Kenjiro ya la está esperando.
-Momo, llegas tarde. Aquí tengo a uno de mis clientes esperándote-
-Lo siento Kenjiro, estaba ocupada. Pero dime quién es -
-Es él- discretamente señala a un hombre de 50 y tantos calvo, pero con barba abundante, está en medio de cuatro tipos, todos beben y observan a las chicas.
-Bien- el Limón tomó de la barra una botella de sake y condones.
-¿Me estabas esperando?, entonces vámonos, guapo- dijo con el tono más sensual que tiene. El hombre se levanta y la sigue, ellos ingresan a una habitación. Al terminar regresa con Kenjiro y atiende a tres tipos más.
-Kenjiro, es todo por hoy. No tengo ganas de atender a más-
-¿Qué?, vamos Momo, ¿por qué eres tan floja?-
-¿Floja yo?- la chica se ríe, destapa una botella de sake, se sienta en la barra y comienza a beber.
-Sí, tienes razón, creo que me he vuelto demasiado floja-
-¿Entonces le digo a Tetsu que estás disponible?- dijo Kenjiro sonriendo perversamente.
-¿Tetsu?- el nombre le suena familiar.
-Es del clan Hyuga, te vas a
-Definitivamente no- ella terminó de un solo trago toda la botella.
-Momo, eres tan aburrida-
-Lo sé- Kenjiro sabe que no cambiará de opinión y se va a revisar que todo marche bien, mientras ella reparte bebidas, conversa con los clientes y los hace beber, así gana más dinero. De cuando en cuando deja que la manoseen o baila para ellos, también por eso les cobra.
La jornada termina a las 3 de la mañana, va con Kenjiro a cambiar sus fichas y cobrar por sus otros servicios, él le paga, a ella siempre le paga hasta el final, en primer lugar porque no trabaja tanto y saca más dinero que otras chicas, en segundo lugar porque vive ahí, así que no tiene prisa por irse.
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Refugiada
Hayran KurguUna chica que llegó siendo una niña a tierras de shinobis, sin ser nada, ni nadie, sin recordar nada, una chica que no tiene nada, ni siquiera suerte en el amor, descubre ese lado poco amable de los honorables ninjas, que -aunque lo niegan- sí les...