XLIII- Traición

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Mientras Shikamaru jugaba a ser papá y fracasaba, en unas tierras muy lejanas el Limón estaba sola, hambrienta y enferma en una fría celda.

Varias semanas antes

-¿Qué dijiste?- gritó Doto tomándola del brazo con tal fuerza que terminó sacándola de la cama.

-Yo, yo... tengo una hija, ellos me la quitaron y

-¿Por qué no dijiste nada?-

-Yo... yo... yo no sé, pensé que ya lo sabías y

-Me ofrecieron una mujer decente y me entregaron una puta- al decir eso la empuja y tira al suelo.

-Llévensela a las mazmorras- ordenó a dos guardias que la dejaron en una celda.

-Al menos no tendré que dormir en el suelo- pensó al ver la plancha que sirve como cama. En segundos los guardias se fueron y ella se sentó a pensar en su hija. Le reconforta saber que Shikamaru ya sabe que es su hija y debe estar queriéndola mucho, así que no todo parece estar tan mal... o al menos así lo quiere creer.

-Doto-sama, sé que no es de mi incumbencia, pero necesito saber si aún quiere tener un hijo con la chica- dijo el médico días después cuando fue a hacerle su chequeo matutino.

Doto no respondió, así que el médico habló de nuevo.

-Si es así necesito verla, ni siquiera ha sido vacunada, también tendríamos que procurar que

-Ya tuvo un hijo- respondió el hombre dando a entender que ella no requiere mayor cuidado.

-La aldea de la Hoja no tiene un clima tan extremo como el nuestro, dudo que aguante, además- Doto se levantó y dejó al médico hablando solo en su habitación.

Doto bajó a las mazmorras, que el médico le recordara la existencia del Limón le hizo despertar su apetito.

-Abran y váyanse- dijo a los guardias que estaban en el ala donde ella estaba, los hombres obedecieron el caminó hasta el fondo y vio su celda, ella está recostada parece que intenta dormir.

-Oye, tú...basura, levántate- dijo mientras golpeaba los barrotes haciendo despertar al Limón. Ella se levantó de su cama de piedra mientras Doto entraba y se quitaba algunas prendas, ella entendió lo que quería.

-Voltéate- el Limón se giró y cerró los ojos mientras el hombre entraba y salía de ella, después de un rato terminó y antes de salir se dirigió de nuevo al Limón.

-En cuanto quedes embarazada te dejaré estar en una de las habitaciones, después tendrás a mi hijo y tal vez te deje ir o tal vez te mate.... no lo sé- dijo.

A partir de ese día las visitas de Doto fueron casi diarias, así pasó un mes pero ella no estaba embarazada, al segundo mes Doto ya estaba furioso y ella preocupada.

Un día Doto bajó ebrio y ella fue quien sufrió las consecuencias de su mal genio, tanto así que se desmayó y fue despertada a cubetazos de agua helada por los guardias, lanzarle agua casi congelada.

-¡Oh por Kami!... ¿qué hacen?... abran- ordenó a los guardias

-Eh... pero

-Orden de Doto-sama- dijo el hombre y los hombres abrieron.

-¡Oh Kami! ¿estás bien?- dijo cuando entró y la ayudó a levantarse, en ese momento ella supo que era el médico.

-Vamos, vamos arriba- el hombre la llevó a la enfermería, la metió en una tina de agua caliente y le dio algunos medicamentos, incluso esa noche la dejó ahí y aplicó kido a sus pulmones para sacarle toda el agua que tenía. A la mañana siguiente vio que estaba mejor y comenzó su consulta.

RefugiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora