-Umi ¿dónde estás?, Umi ya es tarde, Umi ya vámonos-
-Ya voy Daikuro, ya voy- está como loca buscando el oso de Omumaru, sabe que sin él su hijo hará un drama.
-Umi, ¿dónde estás?, ¿qué haces ahí?, ¿jugando a las escondidas?- dijo al entrar en la habitación y verla buscando algo debajo de la cama.
-No Daikuro, estoy buscando a Mugroso-
-¿Ah sí?, ¿te refieres a este oso?- dijo llevando a Omumaru en brazos con su oso.
-¡Sí!... entonces vámonos- tomó de la mano de Daikuro y segundos después aparecieron en su casa de la playa donde pasarán unas semanas, quiere relajarse. Desde que nació Omumaru y el despertar del sharingan de los niños no han descansado, atender a tres niños no ha sido fácil ni para ella ni para Omu o Daikuro.
-Pues bien, ya todo está listo, esa tubería no era nada para mí, ¿qué harás Umi?, por qué no descansas un rato y yo me encargo de Omumaru-
-No Daikuro, estoy bien, nada mas termino el pay y llevaré a Omumaru a la playa, aprovecharé que los niños llegarán hasta la tarde y saldré solo con él para que conozca el mar-
-Bueno, entonces yo iré a visitar a Yashiro, extraño estar detrás de una barra escuchando conversaciones ajenas-
-Está bien Daikuro, pero no olvides llegar puntual para la cena- Daikuro salió y al terminar de cocinar subió corriendo a su habitación para cambiarse, tanto ella como Omumaru llevaban ropa ligera, perfecta para la playa.
-Mira Omumaru, este es el mar ¿te gusta?- dice con una sonrisa enorme, mientras observa las olas y siente la brisa tocando su rostro, es la primera vez que se siente tan feliz estándo ahí.
-¡No!- dice serio el niño, tras dar una mirada rápida al lugar, tiene la misma expresión que su padre cuando está celoso, incluso mira fijamente el pecho de su madre y cierra el escote de su vestido, aunque eso sirve de poco porque es un vestido corto y semitransparente.
-¿Qué?, vamos Omumaru, ni siquiera has probado, vamos- se sentó en la arena con Omumaru en su regazo, luego tomó algo de arena.
-¿Y así?, ¿está caliente verdad?, pero después de un rato te acostumbras... ahora pon tus pies aquí y
-No, ¡no mamá no!, está caliente- reclamó el niño y subió sus pies.
-Omumaru eres muy berrinchudo, ¿sabías eso?- dice dándole muchos besos en la mejilla y el niño rió.
-Está bien, olvídate de la arena por ahora, sólo siente el mar- dijo sentándose y sintiendocomo el agua mojaba sus pies, estaba tan entretenida que no escuchó que alguien le habló hasta que tocó su hombro.
-¿Umi?, lo sabía ¡eres tú!, ¿qué haces aquí?-
-Tú... tú... ¿qué haces aquí?- más que sorprendida luce asustada.
-Asuntos de la aldea, ya terminé, ahora voy de regreso, estaba a punto de irme, quise ver el mar antes de irme y te vi, Umi-cha- dijo sin dejar de sonreír ni mirarla.
-Vaya, pues me da mucho gusto verlo... espero que tenga un buen viaje de regreso, consejero Nara. Yo tengo cosas que hacer- dijo el Limón levantándose y comenzando a caminar de regreso.
-No te vayas, por favor. ¡Necesito hablar contigo!- gritó, ella se detuvo y habló de nuevo.
-Disculpe consejero pero debo recordarle que soy una mujer casada, cualquier persona podría vernos y malinterpretar la situación- el Limón siguió avanzando.
-Será rápido... por favor- dijo pero ella siguió avanzando.
-Por favor, ¡no te vayas Limón!- en cuanto lo escuchó ella se detuvo, está asustada.
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Refugiada
FanfictionUna chica que llegó siendo una niña a tierras de shinobis, sin ser nada, ni nadie, sin recordar nada, una chica que no tiene nada, ni siquiera suerte en el amor, descubre ese lado poco amable de los honorables ninjas, que -aunque lo niegan- sí les...