Flashback- Casi adoptada

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-Hola, ¿estás perdida?, ¿quieres que te ayude?- dice un chico como de 15 años al Limón, es un ninja, sonríe amablemente, pero la niña no responde, tiene un papel en sus mano y lo aprieta más, está buscando a Enoki, pero ya no recuerda en que calle era, se distrajo viendo un aparador de juguetes, 'solo cinco minutos' pensó mientras los veía, al darse cuenta que ya había pasado un largo rato se echó a correr.

Una, dos, tres, sabe que debe pasar tres calles y encontrará el lugar en el que trabaja Enoki, pero en su loca carrera corrió hacia el otro lado, ahora ya no sabe en donde está.

-¿No te acuerdas de mí?- pregunta de nuevo el chico, tiene unos ojos rojos y la atemorizan un poco.

-¿Y así?- el chico desactiva su sharingan y ahí están unos lindos ojos negros, la niña sonríe recordando quién es.

-Estoy buscando a mi hermano... él trabaja con el herrero pero ya no lo encuentro, ¿se habrán cambiado de lugar?-

-No te preocupes, no pasa nada, eso es del otro lado. Vamos, te acompaño-

-No, ya es tarde, es que... ¿puedes decirme que dice aquí?- pregunta el Limón y le entrega su papel, el chico lo toma amablemente y comienza leyendo con una sonrisa, pero después cambia su cara.

'Lo siento, la niña no me sirve es demasiado pequeña, no puede cargar mucho y tampoco sabe leer ni escribir, tal vez con Fugatsu el carnicero, ella podría repartir las cosas'.

-¿Quién te dio esto Limón?-

-La esposa del pescadero-

-¿Y qué hacías ahí?-

-Sacar pescado, quitarle las escamas, cargar cubetas de pescado, bueno arrastrarlas... pero ¿qué dice?, me dijo que se lo diera a Enoki-

-Si bueno... no son buenas noticias, creo... bueno... ya no trabajas ahí- dice el chico con su mejor cara.

Al escuchar eso el Limón se pone en cuclillas y sienta en el suelo, sabe que eso no es bueno, la mamá de Enoki la va a regañar por ser una inútil y la va a castigar.

-No te preocupes pequeña, tampoco creo que fuera un trabajo que vaya bien contigo- al decir eso pone su mano en su cabeza, haciéndola reaccionar.

-Bueno... gracias, tengo que regresar al campamento- dice la niña levantándose del suelo.

-¿Ya comiste?- pregunta el chico.

-¿Eh? no, hasta en la noche-

-Pero aun ni siquiera es medio día. ¿Vas a esperar hasta esa hora? -

-Sí- la niña no deja de sonreír.

-¿Me das mi papel? -

-Espera- el chico busca en su mochila y saca unos onigiris.

-Cómetelos-

-Perdón, no puedo, me han dicho que no tengo que agarrar nada-

-Pero debes tener hambre-

-Ah, no importa- mientras intenta tomar de su mano el papel sin éxito.

-¡Aja!- dice cuando en un rápido brinco lo recupera. -Ya me tengo que ir, adiós y gracias por todo- y empieza a correr.

-Oye, espera... ¿de verdad no sabes leer ni escribir?- dice el chico al darle alcance.

-No-

-Yo puedo enseñarte, ¿que te parece en las tardes? -

-Ah, en las tardes Enoki y yo vamos a recoger la leña para venderla en el campamento, luego voy con una señora a limpiar su casa-

-Vaya... ¿y en las noches? -

RefugiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora